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EFE-MURCIA/R.S. Marimar se fue con sus dos hijos ayer por la mañana desde la localidad de Gálvez (Toledo) a Getafe (Madrid) a recoger a su hermana y a su madre para que pasaran unos días de verano en el pueblo. De regreso, en la última recta, su coche chocó de frente contra otro que estaba adelantando, conducido por un joven constructor. Murieron seis personas. Marimar era una mujer trabajadora de 39 años y recién divorciada que vivía con su hija de 9 años y su hijo de 4 en el número 25 de la calle Totanés, en la misma casa a la que se trasladó hace unos once años cuando llegó desde Getafe a este pueblo para trabajar como empleada en el Ayuntamiento.

El consistorio colocó las banderas a media asta y con crespón negro y decretó dos días de luto oficial por la muerte de las cinco personas de esta familia.

Según la Guardia Civil, el adelantamiento probablemente era antirreglamentario y además debió de conjugarse con una distracción.
Ocurrió en una larga recta de varios kilómetros que une Polán con Gálvez, a 24 kilómetros de Toledo, en un punto de la carretera CM-401 en el que no hay cambio de rasante y existe un arcén de un metro antes de una cuneta.

Un Citroen C-4 era el vehículo que conducía Javier, un joven gerente de una pequeña empresa de construcción, que era de la localidad cercana de La Puebla de Montalbán, casado y con dos hijos, mientras que los cinco miembros de la misma familia viajaban en el Seat Ibiza rojo de Marimar, quien, según explican sus vecinos, conducía con frecuencia.

Marimar trabajaba en la actualidad en una empresa de servicios tanatorios en varios pueblos de Toledo, explicó una de sus amigas, quien cuidaba a veces de sus hijos cuando ella tenía que hacer algún desplazamiento.

La casa de Marimar estaba en venta, un cartel lo indica en la única ventana que da a la calle Totanés, y José Antonio, que vive en el portal de al lado, el 27, dice que precisamente el problema de con quién dejar a los niños desde que se separó le había hecho pensar en regresar a Getafe, donde nació en el seno de una familia oriunda de Extremadura.

El alcalde de Gálvez, Manuel Fernández, contiene las lágrimas y recuerda que Marimar fue empleada municipal y era querida en el Ayuntamiento.
Poco le faltó para ser testigo del accidente, porque regresaba de Toledo cuando al llegar a Gálvez vio una polvareda y presenció los instantes posteriores al accidente.