La jornada del día después de la tragedia de Barajas se vivió en el aeropuerto de Palma con normalidad, pese a la inquietud con la que algunos pasajeros abordaban el avión.
Los viajeros de Spanair que ayer por la mañana iban a coger un avión coincidían mayoritariamente en sus reflexiones a la hora de responder sobre qué piensan momentos antes de coger un avión. «Tranquilidad» es la palabra que resume las sensaciones de los viajeros.
Victoria y Alba, madre e hija respectivamente, viajan «habitualmente» con Spanair y están a punto de coger un vuelo a Barcelona, y « lo cierto es que vamos tranquilas, las cosas ocurren cuando tienen que ocurrir y cuando tenga que ser el momento lo será. No podemos tener miedo, y todavía menos viviendo en una isla», explica Victoria, que además añade: «Pienso que ahora es cuando más cuidado tendrán con los aviones».
«Si ha pasado una vez, no va a pasar dos veces», dice Ana, quien está a punto de coger el avión de las 11.20 horas con destino Madrid junto algunas familiares y sus amigas Claudia y Marta. «Estoy un poco asustada», admite Claudia, que añade: «Esto no pasa todos los días... espero». A lo que Marta responde que «ahora debería haber menos posibilidades, porque dos veces en un día...».
Raúl Caballero está a punto de coger el avión junto a su esposa. Éste es gran defensor de los aviones: «He trabajado volando por países extranjeros y para mí es lo más seguro, los accidentes como el de ayer es algo que pasa muy de vez en cuando. Tengo que admitir que no me influye hoy a la hora de viajar». Realmente lo que más preocupaba a Raúl y su esposa era la cantidad de gente que esperaba para facturar y el poco tiempo que les quedaba para que saliera su avión hacia Barcelona.
Maybritt es una noruega que ha venido junto a su marido Bernt a disfrutar de unas vacaciones mientras visita a sus padres, Villy y Eva, quienes residen en la Isla. Maybritt entiende que lo ocurrido, «es una tragedia», y reconoce que no piensa en el accidente antes de coger su avión. Juan Fructos ha pasado unas vacaciones en familia junto a su esposa Belén y sus hijas Marta, Paula y María. Juan explica cómo «ayer no sabíamos si hoy los aviones estarían activos», pero llamó a Spanair y allí le informaron de que no habría problemas, hasta asegura que le ofrecieron el valor íntegro de los billetes «si decidíamos no coger el avión». Juan y Belén reconocen que al principio estaban nerviosos, pero que «son cosas que pasan y no podemos dejar de viajar». Y así fue para la gran mayoría, pues las colas para facturar con Spanair estaban bien largas.
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