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JULIO BASTIDA Eran las tres y cuarto de la madrugada de ayer, cuando varias llamadas de los vecinos de la Plaça de Pere Garau de Palma alertaban a la policía del robo en el interior de un bar.

Rápidamente dos motoristas y el furgón de la Unidad de Intervención Inmediata de la Policía Local de Palma se desplazaban hasta el bar 'Las Picadas', sito en la citada plaza.

Una vez en las inmediaciones observaron cómo un varón emprendía la huida, a gran velocidad y con un alto grado de alteración.
Los agentes procedieron a la detención del sujeto, quien en un arrebato de nerviosismo manifestó a la policía: «No me tenéis que detener a mí. Yo no he hecho nada, soy inocente. Han sido dos moros que se han ido corriendo. Encima que colaboro con la policía me detenéis. No hay derecho».

En el interior del establecimiento los investigadores pudieron comprobar cómo había restos de sangre y numerosos cristales rotos por el suelo.
Los ladrones habían reventado la barrera de acceso al local y una vez en el interior permanecieron durante varios minutos. A partir de ese momento los delincuentes intentaron forzar la caja registradora del bar al igual que las dos máquinas tragaperras.

El detenido se identificó como Mariano S.S., de 17 años, y así se lo hizo saber a los agentes, que no tuvieron más remendio que dar parte a Fiscalía de Menores.

En la mañana de ayer, las pesquisas realizadas por la Policía Local dejaron entrever que había ciertos detalles que no cuadraban con la edad del delincuente y que podría tratarse de un hermano mayor que se hizo pasar por menor para evitar una condena más importante. Las diligencias han sido pasadas al Cuerpo Superior de Policía para que prosiga la investigación.