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JULIO BASTIDA/E.P.
Los restos sin vida de los tres pilotos mallorquines fallecidos en el accidente del pasado miércoles en el aeropuerto de Barajas ya han sido entregados a sus familias y se encuentran en Mallorca.

El féretro del copiloto de 32 años, Francisco Javier Mulet Pujol, fue conducido a primera hora de la tarde de ayer hasta el cementerio de Son Valentí de Palma donde fue velado por familiares y amigos. Horas antes regresaron los padres del piloto, Javier y Francisca, después de pasar el duro trago de identificar el cuerpo sin vida de su hijo en el pabellón de IFEMA.

Después de las correspondientes identificaciones a través de las pruebas de ADN, los restos mortales del comandante de la nave siniestrada, Antonio García Luna, fueron incinerados en la capital de España. Su viuda, Margalida, viajó desde Madrid a Palma en el vuelo de las seis de la mañana de ayer con los restos de su difunto esposo. Poco después, vivió en la intimidad uno de los momentos más duro para una madre, tener que comunicarle a sus tres niñas el fallecimiento de su padre.

Por su parte, los restos del tercer piloto fallecido, que viajaba como pasajero en el trágico siniestro, también han sido entregado a su familia. En Marratxí, concretamente en sa Cabaneta, José Fernández Vázquez, era una persona muy apreciada y respetada. El alcalde de la localidad, José Ramón Bauzá, ha decretado dos días de luto oficial y se han suspendido todos los actos festivos del municipio.

Hasta la fecha ha trascendido que el funeral del comandante, Antonio García Luna, se celebrará el próximo lunes, a las 20.00 horas en la iglesia parroquial de la Porciuncula de Palma.

Los familiares de los pilotos mallorquines fallecidos han solicitado a los medios de comunicación, amigos y conocidos «respeto a la intimidad y dolor de la familia». Tras agradecer las numerosas muestras de afecto y cariño de la sociedad balear, han pedido «comprensión» en estos duros momentos.

El funeral de Estado por las víctimas del accidente tendrá lugar el próximo día 1 de septiembre a las 20 horas en la Catedral de la Almudena y será oficiado por el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco.

Por otra parte, Beatriz Reyes, una de la heridas en el accidente aéreo de Barajas, se considera una «afortunada» por haber sobrevivido a un siniestro en el que fallecieron 153 personas, está en un «estado inmejorable» y «dando guerra».

Así lo ha asegurado el ex delegado en Balears de Bancaixa, Ramón Roselló, amigo y compañero de trabajo de Beatriz Reyes, tras visitarla ayer al mediodía en el hospital Infanta Sofía, donde está ingresada.

Roselló ha asegurado que a Beatriz, quien ante la catástrofe reaccionó haciéndose ella misma un torniquete en una pierna y ayudando a sacar a dos niños que estaban cerca de ella, se encuentra «muy bien, aunque evidentemente dolorida» y con el shock que supone haber vivido un accidente de tal envergadura.

Por ello, su compañero de trabajo ha pedido que se la respete, «sobre todo este fin de semana, que necesita descansar para recuperar fuerzas», y ha dicho que espera que la próxima semana pueda regresar a Las Palmas.

Ha insistido en que Beatriz, que en el momento del accidente regresaba de un viaje particular, ha sido «consciente» en todo momento de la dimensión del siniestro; de hecho, ha apuntado,«ayer mismo estuvo leyendo toda la prensa».

Roselló ha señalado que su amiga, que es directora de zona de Caixa Galicia en Canarias, «se siente y es una afortunada» y que «ya está dando guerra», lo que quiere decir, ha agregado, que «pronto se va a incorporar al trabajo y a su vida personal».