TW
0

Trece heridos del avión siniestrado en Barajas continuaban ayer ingresados en distintos hospitales de la Comunidad de Madrid, entre ellos Leandro Ortega, un joven de 22 años ingresado en el Doce de Octubre, que estaba grave y en las últimas horas había mejorado y evolucionaba favorablemente.

El último parte médico, difundido por el Servicio Madrileño de Salud ayer por la mañana, no ofrecía información sobre el estado de salud de Angeles Carpintero, la mujer de 67 años ingresada también en el Doce de Octubre «por expreso deseo de la familia».

Seguía estando muy grave Pedro Hernán Gómez, de 57 años, que permanece en la UVI del Hospital Ramón y Cajal, sedado y con ventilación mecánica.
De los veinte heridos que ingresaron en seis hospitales madrileños, dos han muerto, tres han recibido el alta médica y dos más han sido trasladados a hospitales de Gran Canaria y de Finlandia.

Por otro lado, Spanair acumuló durante el día de ayer, al menos 12 retrasos en sus vuelos de salida desde el aeropuerto de Madrid-Barajas, en una jornada complicada de por sí para todas las compañías aéreas, al coincidir la operación retorno con el fin de semana. Portavoces de Spanair indicaron que los motivos técnicos, y especialmente los operativos, estaban detrás de estas demoras, que en el caso del vuelo a Budapest fue de unas once horas.

Los errores humanos han sido los causantes de la mayor parte de los accidentes de aviación comercial más graves ocurridos en España en las últimas tres décadas, desde que en 1977 el choque de dos aeronaves en el aeropuerto tinerfeño de Los Rodeos causó la muerte de 583 personas. Así se desprende de las conclusiones de los informes que elabora la Comisión de Investigación de Accidentes de Aviación Civil (CIAIAC), encargada también de investigar el siniestro de Barajas. Sólo en uno de los accidentes, el del DC-10 de Spantax que se estrelló en Málaga en 1982 y en el que murieron 53 personas, la CIAIAC concluyó que fue por un fallo mecánico.