Los equipos de emergencia utilizaron ayer perros adiestrados para localizar al vecino del Port de Pollença desaparecido. Foto: ELENA BALLESTERO

TW
0
JAVIER JIMÉNEZ-ELENA BALLESTERO Sion Bosch era muy conocido en el Port de Pollença y el miércoles acudió con unos amigos a Bóquer, como solía hacer a menudo. Regresó a su casa en el coche de sus acompañantes, pero no se bajó junto a la vivienda, porque había mercado y el coche no podía entrar en esa calle. Sion se dejó un jersey en el turismo y se despidió de sus amigos. A partir de ahí se le pierde la pista, pero todo parece indicar que el anciano se dio cuenta del descuido y decidió regresar en busca de sus compañeros, para recuperar la prenda. Fue entonces cuando se accidentó y quedó tendido en una finca.

El hombre era soltero y tenía poca familia, por lo que fueron sus amigos los que dieron la voz de alarma sobre su desaparición. Le habían llamado por teléfono a casa en repetidas ocasiones, y no contestaba. A la una de la tarde se montó el operativo de búsqueda, que alcanzó su máxima intensidad a primera hora de la mañana de ayer. Policía Local de Pollença, Protección Civil, bomberos de Malorca, el alcalde Joan Cerdà, el director insular de Emergencias, Miquel Àngel Sureda, voluntarios, vecinos y allegados «peinaron» la carretera del vial hacia Formentor. La sospecha era que había caído en una cuneta y el despliegue fue uno de los más importantes que se recuerdan en Pollença. «Aquí todos estamos muy preocupados por Sion, hay mucha gente buscándolo», contó una vecina del Port, al mediodía.

Dos helicópteros sobrevolaron la zona en busca del nonagenario, mientras perros adiestrados olfateaban por parajes próximos a la carretera. A medida que pasaban las horas el pesimismo cundía entre los efectivos que buscaban al vecino desaparecido. El calor era insoportable y la humedad, altísima. «Es muy difícil que alguien aguante tanto tiempo con este calor, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de una persona muy mayor», apuntó un bombero.

El milagro surgió a primera hora de la tarde cuando fue localizado el cuerpo con vida de Sion. Se encontraba en una finca del Coll de Siller, donde al parecer se cayó cuando caminaba. Aparentemente, no presentaba heridas en su cuerpo, pero estaba deshidratado.

Un vehículo de la Guardia Civil trasladó rápidamente al anciano hasta el PAC (Punto de Asistencia Continuada) del Port, mientras la Policía Local habría paso a la dotación para que llegara en el menor tiempo posible.

Sion entró con vida, pero cuando los médicos lo estaban examinando falleció. La noticia cayó como un jarro de agua fría a los equipos de emergencia, vecinos y voluntarios que habían buscado durante 24 horas al vecino pollensí. La ola de calor africano que se dejó sentir ayer con fuerza en toda la Isla parece ser que fue demasiado para Sion, que pasó un día a la intemperie.