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JULIO BASTIDA La Policía Local de sa Pobla desde hace varios años aplica un plan pionero en toda España de erradicación, control, vigilancia, conocimiento y convivencia entre las comunidades occidentales y musulmanas en el municipio, con unos resultados que se califican de «extraordinarios».

Los 25 agentes del Cuerpo, capitaneados por el subinspector jefe, Pere Perelló, llevan años trabajando para que exista paz social en el pueblo.
La policía se ha convertido en el vínculo de unión de dos comunidades muy diferentes, pero que tienen que convivir en el mismo lugar. De hecho, varios oficiales de las Islas vecinas se han interesado por el trabajo realizado y se desplazaron a sa Pobla para instruirse.

Un equipo de Ultima Hora, comprobó 'in situ' la manera de proceder y trabajar de los profesionales policiales poblers.
Llegamos puntuales a nuestra cita. Nos recibe amablemente el Jefe de la Policía Local y nos relata cómo fueron los inicios y la forma de aplicación del plan policial. Pere Perelló compagina su trabajo como jefe de la Policía Local con el de profesor de la EBAB, es todo un estudioso y profesional reconocido en temas interculturales.

«Aproximadamente en el año 1982 llegaron a sa Pobla dos marroquíes, eran hijos de la antigua guardia mora, en busca de trabajo. En los años 80 se produjo en el municipio un abandono masivo de las tierras y los pocos que continuaban se modernizaron. Se necesitaba mano de obra barata. A partir de ahí, el efecto llamada surgió efecto y en cuestión de varios años se desplazaron hasta sa Pobla unos 300 ó 400 marroquíes. Eran jóvenes, sin hijos, en búsqueda de un trabajo para ganarse la vida. Vivían en casas, en grupos», añade Perelló.

«La cosa cambió a principios de los años noventa. Llegaron sus mujeres, los hijos, familiares, etc... y comenzaron a precisar viviendas. El número de nuevos residentes se multiplicó y comenzamos a tener algunos problemas. En ese momento, nos sentamos en torno a una mesa y dijimos que había que hacer algo. O nos espabilamos o de ésta no salimos. Y optamos por poner en marcha un plan policial de erradicación de delitos, control, vigilancia y respeto», continúa el subinspector jefe.

Los agentes, antes de iniciar ninguna actuación, decidieron hacerse varias preguntas: ¿Quiénes son?¿De dónde vienen? ¿De qué viven y qué quieren? Después de analizar las respuestas y poner sobre la mesa las posibles soluciones, Perelló tomó la decisión: «Vamos a coger al toro por los cuernos y ponernos a trabajar. No podemos solucionar un problema si no lo conocemos de raíz. A partir de ese momento comenzamos a estudiar el Corán, estudiar sus costumbres, irnos a tomar una cerveza al bar con ellos, acudir a la mezquita a rezar, comer en sus casas, felicitarlos cuando hacían las cosas bien y llamarles la atención cuando lo hacían mal. Además, les ayudamos en la tramitación de documentos, impresos etc... Con el paso de los años conseguimos ganarnos su confianza y lo más importante, su respeto».

Cabe destacar que la población marroquí al principio tenía una visión de la policía muy equivocada. Estaban acostumbrados a que las autoridades en otros países les pegaran y les robasen.

«Con el paso del tiempo y de la aplicación de nuestro plan pionero policial en esta materia hemos conseguido ganarnos el respeto de la comunidad. Si tenemos algún problema con alguien, antes de sancionar, castigar o buscar soluciones que al final no sirven para nada, entablamos un diálogo con el Imán, con sus responsables y siempre con diálogo fructífero conseguimos llegar a una solución satisfactoria para ambas partes», concluye Pere Perelló.

El subinspector es un hombre sencillo, evita a toda costa que se personalice en su figura el éxito de la ausencia de delitos en su municipio y califica de «éxito de todos», el buen funcionamiento de vínculo vertebrador de las dos comunidades.

Mezquita
Son la una y media del mediodía, y estamos a punto de participar activamente de la oración más importante de los musulmanes, (realizan cinco diarias). Nos recibe el Imán, Muhamend, y el portavoz de la asociación, Bagdal Haddnti. Somos unos privilegiados, es la primera vez que un periódico accede junto a la policía al interior de la primera mezquita que se construyó en Mallorca y sacar instantáneas. Uno de los participantes de la oración nos dice que así como tenían una idea equivocada del concepto policial, « la verdad es que a la Policía Local y a Pere Perelló los respetamos, son nuestros amigos, son nuestra policía».