Dicen que los perros son los mejores amigos del hombre, pero no de los narcotraficantes. Reno se ha convertido en un auténtico azote para los clanes que actúan en la Isla, especialmente para el de 'La Paca'. Es el héroe en la sombra de la 'operación Kabul'. Su gran olfato policial fue determinante para la localización de importantes cantidades de sustancias estupefacientes en el poblado. No es presumido, no busca notoriedad, sólo cumple con su trabajo.
Los agentes caninos de la Guardia Civil (grupo cinológico), son una pieza crucial en el desarrollo de las operaciones de explosivos, drogas y rescate de personas.
En Mallorca hay un total de nueve animales repartidos en partes iguales en las especialidades de drogas, explosivos y rescates. En Menorca y en Eivissa, cuentan con un total de tres animales especializados en drogas en cada una de las Islas. El cabo primero Alberto está al frente de la Unidad del SECIR y cuenta con una amplia experiencia en el tema: «Cuando los animales tienen aproximadamente un año, con un carácter formado, entran en su particular academia, se trata del centro de adiestramiento del Pardo, en Madrid. Allí reciben una formación específica en su especialización; drogas, explosivos o rescates. Cada animal tiene un guía asignado, se trata de un agente de la Guardia Civil que convive a diario con su nuevo compañero. Al final, el trato es tan afectivo que cuando el cuerpo armado jubila a los animales, al cumplir los siete u ocho años, los guías suelen solicitar quedarse con los animales», añade suboficial.
Javier, el guía de 'Reno', relata cómo es un día en la vida del agente canino: «A los perros se les adiestra con la filosofía del refuerzo positivo, del juego. Al animal se le recompensa cada vez que localiza el objetivo. Entrenamos a diario. Además, cada mañana hacemos una revisión a algunos vehículos del puerto y después al equipaje del aeropuerto. Nuestra Unidad Cinológica también está a disposición de otras unidades como el EDOA, GEDEX y el GREIM».
En los rescates los animales cuartean las zonas y localizan a los desaparecidos por el olor corporal que desprenden las víctimas. La ayuda que proporcionan los animales es imprescindible.
Como anécdota cabe señalar que los agentes caninos disponen de una jornada laboral de ocho horas, disfrutan de 45 días de vacaciones y las correspondientes bajas médicas.
Son privilegiados, reciben cuantiosas atenciones y felicitaciones. No es para menos, su trabajo es fructífero, profesional y muy valorado. Son los héroes silenciosos y en la sombra de las grandes operaciones.
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