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JULIO BASTIDA Tras interponer numerosas denuncias, los vecinos de la calle de sa Madona, en la Costa de la Calma, Santa Ponça, han conseguido que las autoridades competentes talasen dos gigantescos pinos que amenazaban la vida de los residentes de la zona.

La tala de los árboles se prolongó durante toda la jornada de ayer y en la misma participaron varias brigadas municipales y una grúa de grandes dimensiones. Se trataba de dos pinos centenarios de más de 30 metros de altura que habían provocado desperfectos en patios, escaleras y calzada.

Los vecinos de la calle, en su mayoría extranjeros, habían denunciado la situación de incertidumbre y miedo en la que tenían que convivir después de que el pasado 9 de octubre un fuerte temporal azotase la zona residencial y provocase la caída de un pino causando importantes daños materiales.

«Ya era hora. No os podéis imaginar lo que es vivir debajo de los pinos. Cuando oímos tronar o llover el corazón se nos encoge en un puño. Vivíamos amenazados constantemente», afirmaba una vecina de la calle de sa Madona.