David G.M, el auxiliar de vuelo de la compañía Futura procesado ayer en la Audiencia Nacional por agredir la integridad moral de una compañera a través de un juego sexual en un hotel de Liverpool, se conformó a una pena de un año de cárcel y 5.000 euros de indemnización.
«Sólo quiero que confiese lo que me hizo y me pida perdón». La propia víctima renunció a su petición inicial de siete años de cárcel y una cuantiosa indemnización, a cambio de que el procesado se disculpara y reconociera lo que ocurrió aquel 18 de julio del año 2006, cuando junto a otros miembros de la tripulación, le gastaron una broma de sexual de mal gusto.
La letrada de la acusación particular, Virginia Garrido, conocida en Palma por su tenacidad a la hora de llegar a acuerdos judiciales, manifestó ayer a este diario que «había base suficiente para obtener una sentencia condenatoria, pero mi clienta no quería pasar por el mal trago de relatar ante tanta gente, la pesadilla que vivió en Liverpool».
Por su parte, el condenado David G.M, defendido en la Audiencia Nacional de Madrid por el letrado, también mallorquín, Jaime Bueno, pidió perdón ante el tribunal y luego se disculpó personalmente a la ofendida, con la que mantuvo una larga conversación en los pasillos del Juzgado Central.
Con la confesión y ulterior condena del azafato, ha concluido el complejo caso y se ha podido conocer lo que ocurrió exactamente en el hotel Marriot de la citada ciudad británica donde la tripulación de la compañía aérea Futura se encontraba haciendo escala durante un servicio. Todos cenaron en el restaurante del hotel en el que se hospedaron, excepto la presunta víctima, quien permaneció en su habitación debido a que al día siguiente tenía que madrugar.
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