Los periódicos británicos se hicieron eco del crimen cometido en Magaluf. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

TW
0

Han pasado 36 años desde que el crimen de Walter Person conmocionó Mallorca. Mucho tiempo, pero no suficiente para que su familia de Gales lo olvide. El turista, que en aquel entonces tenía 20 años, fue apuñalado por la espalda y arrojado desde un balcón de su hotel, un 15 de diciembre de 1972. Ahora, su hermano viaja a Palma para tratar de esclarecer los hechos y demostrar que Walter, que era minero, cayó en una trampa mortal perfectamente planificada.

«No fue un accidente ni una pelea casual», repite su hermano, que en los próximos días aterrizará en Mallorca. Walter llegó a Son Sant Joan acompañado de unos amigos, también británicos. Entre aquellos jóvenes, según la familia de la víctima, se encontraba el asesino. Se alojaron en el hotel Honolulú, en Magaluf, y una tarde se emborracharon. Fue entonces cuando alguien atacó a Walter por la espalda y le asestó tres puñaladas. Luego lo arrojó por el balcón de su habitación. Eran aproximadamente las seis de la tarde, pero el cuerpo no se encontró hasta la medianoche. «Ese detalle es muy sospechoso», sostiene la familia galesa.

«Algún empleado del hotel tuvo que oír o ver algo, el hotel cambió de dueño varias veces, años después, pero los trabajadores eran prácticamente los mismos», declaró Don Person a un diario de su Gales natal. De hecho, la historia del crimen cometido en Mallorca en 1972 ha saltado a las páginas de los periódicos británicos tras los intentos de la familia de Walter de reabrir el caso.

El asesinato del turista causó una gran conmoción en Mallorca y las autoridades se emplearon a fondo para que el turismo no saliera salpicado por el escándalo. El juez Carlos Penalva instruyó las diligencias y la Guardia Civil se hizo cargo de la investigación. Se detuvo a un sospechoso, pero luego quedó en libertad por falta de pruebas inculpatorias.

Una guía inglesa de Thompson, que en aquella época trabajaba en el hotel, recordó el lunes que el crimen «horrorizó a Mallorca, todo el mundo hablaba de lo que había ocurrido en el Hotel Honolulú».

La familia de Walter se queja de que quedaron muchas incógnitas por despejar como por ejemplo que nunca supieron el número de la habitación en la que se alojaba el minero asesinado.

«Aún puedo oír a mi madre y mi padre llorando cuando nos comunicaron que Walter había sido apuñalado durante su viaje de diciembre en Mallorca», recuerda Don. El hermano ya viajó hace un año a Mallorca, pero no averiguó nada especial. Ahora quiere aprovechar el trabajo que realizaron detectives privados y apelar a la consciencia de los trabajadores del hotel en 1972: «Ellos son la clave, tienen que recordar algo».

Los investigadores mallorquines encontraron cerca del cadáver de Walter un cuchillo con el que le asestaron las tres puñaladas. Al realizarle las pruebas dactilares aparecieron en la empuñadura impresiones dactilares de un compañero de viaje del minero, el mismo que fue detenido como sospechoso. Los cargos no fueron suficientes y el caso, 36 años después, sigue sin esclarecerse.