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JAVIER JIMÉNEZ Homicidio imprudente y delito contra los derechos de los trabajadores. La Policía Judicial de la Guardia Civil ha detenido al arquitecto Arturo Vila, el aparejador Juan Luis Pujol y el jefe de obras Juan Bonet como responsables de la tragedia del hotel Son Moll de Cala Rajada, donde el martes murieron cuatro personas aplastadas por un derrumbe.

La detención de los tres responsables de la obra la decidió la titular del juzgado de Instrucción número 2 de Manacor y se hizo efectiva en la tarde noche del martes. Los tres profesionales fueron trasladados hasta la Comandancia de la Guardia Civil, en la calle Manuel Azaña de Palma, donde pasaron la noche en los calabozos. Ayer por la mañana fueron interrogados y se negaron a prestar declaración. Su abogado Gabriel Garcías estuvo presente en las diligencias y acompañó a las respectivas mujeres de los dos técnicos, que se interesaron por la situación procesal de Vila y Pujol.

A media mañana comparecieron en la sede de la Guardia Civil una de las propietarias del hotel, Antonia Serrano, con una letrada del bufete Capellà. La imputada explicó que ella constaba como administradora del hotel en el registro mercantil, aunque en realidad no llevaba la gestión. Su sobrina, Rosalía Vidal Serrano, era la administrativa de facto. Los agentes la interrogaron, sobre todo, sobre los planes de seguridad del complejo y Antonia pudo certificar que el proyecto había sido aprobado y visado por el colegio de Arquitectos.

También matizó que habían solicitado licencia para las obras hacía seis o siete meses y que en un primer momento el arquitecto municipal de Capdepera detectó 22 deficiencias, de las que fueron subsanadas 19. Quedaban, pues, tres anomalías por solucionar, aunque todas eran de carácter administrativo, no relacionadas con la seguridad. La familia Serrano también quiso matizar ayer que no se trabajaba a destajo en la obra ni había turnos nocturnos: «Si había luz de noche era por seguridad».