Vehículos de la Policía Local y de la Guardia Civil, junto al lugar del suceso. Foto: UH-INCA

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El nuevo año llegó ayer en forma de tragedia al municipio de Binissalem, donde un joven de 22 años falleció, al parecer, por intoxicación de monóxido de carbono, lo que se denomina como 'muerte dulce'. La víctima residía junto a su familia en el municipio y la noticia de su muerte causó conmoción entre muchos de los vecinos de la localidad. La Policía Judicial de la Guardia Civil se hizo cargo de la investigación para determinar con exactitud las causas de la muerte del joven, identificado como Tomeu Torrens.

El suceso ocurrió en la mañana de ayer en un garaje particular, situado en una isleta de casas y pisos, cuyo acceso se realiza por un bloque de pisos situado en la Francisca Nicolau Bover. Al parecer, el joven y su novia entraron con su coche en el garaje y estuvieron un rato dentro del vehículo con el motor en marcha, para poder tener la calefacción encendida y no pasar frío. Después tanto el joven como la chica que quedaron dormidos.

A media mañana la chica se despertó y llamó a su novio, pero éste no respondía, por lo que fue a buscar a un vecino para pedir ayuda. Los servicios de emergencia fueron alertados y en breve se personaron en el lugar personal de la Policía Local, de la Guardia Civil, sanitarios del PAC de la localidad y una ambulancia del 061. Los sanitarios no pudieron hacer nada para salvar la vida del joven y la Guardia Civil se hizo cargo de la investigación. Tras una primera inspección se determinó que el chico pudo morir por inhalación del gas de su propio vehículo, ya que al tener el motor en marcha se concentró una gran cantidad de humo en el interior del garaje y sólo hay dos pequeñas salidas salidas de aire. Este tipo de fallecimiento se conoce como 'muerte dulce', ya que los afectados no se dan cuenta de la intoxicación que padecen y no sufren ninguna sensación de ahogo y asfixia. Varios familiares y amigos del fallecido también se personaron en el lugar del suceso y, a través del Centro de Coordinación de Emergencias 112 se les proporcionó ayuda psicológica.

Poco a poco la trágica noticia se fue conociendo en el municipio y causó dolor entre los familiares, amigos y conocidos del chico, quien trabajaba como mecánico, tenía tres hermanos y llevaba «toda la vida» viviendo en Binissalem, según explicó un conocido.

La muerte fue comunicada al juzgado de guardia de Inca y poco después se ordenó el levantamiento del cadáver. En las próximas horas se le practicará la autopsia para determinar si efectivamente la intoxicación por monóxido de carbono fue la causa de la muerte.

La Policía Judicial de la Guardia Civil precintó la zona, recogió diversas pruebas, realizó un reportaje fotográfico del lugar y se entrevistó con posibles testigos con la finalidad de recabar más datos acerca de lo ocurrido.