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Bernardo F., un panadero de Algaida sufrió un acoso constante de su ex mujer, Pedrona P. Según relató ante el juez, la situación explotó el verano de 2002, meses después de que la pareja se separara. Entonces, Pedrona descubrió a su ex marido en una finca rústica con otra mujer. A partir de ese momento, comenzó a ir a la panadería a pesar de que había dejado de trabajar allí, de acuerdo con la acusación, e increpaba a su marido. Incluso una de las hijas de la pareja relató cómo invitaba a su ex cónyuge a agredirla y le amenazaba con denunciarle.

Además de las discusiones, la mujer comenzó a interponer denuncias por amenazas, daños y maltrato ante la policía. Según la acusación particular fueron más de cuarenta, aunque la Fiscalía considera que sólamente se produjeron cinco.

Ambas acusaciones consideran que Pedrona incurrió en un delito de falsa denuncia. Por ello, la acusación pública solicitó al Juzgado de Instrucción número 4 de Palma una condena de 24 meses de multa con una cuota de doce euros diarios. La representación del marido solicita una condena más dura: dos años de cárcel y una indemnización de 30.000 euros por daños y como compensación por el gasto económico que provocaron las denuncias, por las que el hombre llegó a pasar una mañana en los calabozos de la Guardia Civil.

Por su parte, la defensa de la panadera argumentó que lo ocurrido era «el resultado normal de cualquier persona que va al centro de la dona en una situación de discusión de pareja y en la que lo primero que le piden es que denuncie». Además, apelaron a la escasa cultura jurídica de su mujer, «incapaz definir tipos penales como coacciones» en una denuncia y señala que sí existen partes médicos que señalan que Pedrona tuvo lesiones que amparan sus acusaciones.