Sonia Regina Da Costa, que figura como apoderada de la sociedad, fue detenida en la 'operación Relámpago'.

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PEP MATAS
En la citada operación se registró un bufete de abogados y una notaría, así como el despacho de Sonia Regina Da Costa, situado en el número doce de la calle Portopí de Palma.

La acusación que pesaba en principio sobre la mujer era la de haber creado cientos de sociedades, sobre todo panameñas, en Palma. Con estas sociedades se habrían blanqueado grandes fortunas económicas.

Meses después de haberse llevado a cabo el operativo, y a raíz del análisis de la documentación intervenida, los expertos de Delincuencia Económica encontraron una sociedad creada por Da Costa y que, en principio, era 'muy sospechosa'.

El domicilio social de la entidad estaba en Palma y Da Costa figuraba como apoderada, por lo menos durante un tiempo. Lo 'extraño' era que dos ciudadanos de Arabia Saudí habían ingresado un total de 30 millones de euros en la sociedad, y parte de este dinero había llegado a Norteamérica.

A partir de ahí se pusieron los datos en conocimiento de la Brigada de Información del CNP de Palma primero, y después de los servicios centrales. A su vez se informó a las autoridades de EEUU y entró en escena el FBI, dependiente del Departamento de Justicia de EE UU.

Los expertos siguieron el rastro del dinero, y se tuvo constancia de que una parte de los 30 millones habría llegado a Sudán, país donde durante cinco años estuvo Osama Bin Laden, hasta que fue expulsado debido a las presiones del Gobierno de EEUU. También se llevó a cabo una investigación exhaustiva sobre los dos ciudadanos que habían efectuado los ingresos en la sociedad. Por lo menos uno de ellos era 'sospechoso' de pertenecer, o de tener muy buenas relaciones con el terrorismo islámico.

Durante meses se estuvo trabajando en el más absoluto secretismo, mientras en Mallorca el CNP ejercía una vigilancia muy discreta sobre Sonia Regina Da Costa.

Además de lo relatado, la mujer era también sospechosa de haber cometido delitos fiscales en diversos paises europeos. El mes pasado policías italianos vinieron a Mallorca en una comisión rogatoria para interrogarla.

Funcionarios del CNP seguían vigilando su casa, en el termino municipal de Calvià, y cuando un lunes llamaron a la puerta los miembros de la comisión rogatiria, se encontraron con que no había nadie en la vivienda y la mujer había huído.

Sobre ella pesa una orden de detención.