Cort procedió a demoler el resto del inmueble para evitar un nuevo hundimiento. | Alejandro Sepúlveda

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El magistrado responsable de la investigación sobre el derrumbe del número 19 de la calle Rodríguez Arias de Palma tiene ya sobre su mesa el informe con las conclusiones de Cort sobre las causas del suceso en el que fallecieron siete personas. Un año y medio después del suceso, que tuvo lugar el 26 de octubre de 2009, esta pericial y la realizada por un arquitecto a petición de los propietarios de dos de las viviendas reabren la investigación judicial.

Ambos informes discrepan en algunas de sus conclusiones, pero en lo esencial apuntan al mal estado estructural de la construcción y, en concreto a los muros de carga de la planta baja, construidos de marés. Los dos peritos confrontaron sus opiniones esta semana en un careo ante el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Palma, Juan Catany. En las próximas fechas éste tendrá que decidir si mantiene abierta la investigación penal ante la posibilidad de que existiera alguna responsabilidad por el derrumbe o si bien cierra esta parte, lo que podría dar lugar un proceso civil de cara a las indemnizaciones.

Los informes técnicos han valorado los resultados de los análisis que se realizaron a los restos en el Laboratorio para la Calidad de la Edificación. En él se puso a prueba la resistencia de las distintas muestras de material y se encontró con que, en especial el marés de la planta baja del inmueble estaba muy degradado. Los especialistas de Cort atribuyen esta situación al efecto del tiempo, dado que ese material fue colocado en torno a 1940 en una primera construcción del inmueble. En ese momento el edificio tenía una única planta. Años después, en 1958 se añadieron tres alturas más y, según los informes no se reforzó de forma adecuada la cimentación.

Mal estado

Los expertos coinciden en el mal estado general del edificio. De hecho señalan hasta seis anomalías distintas que agravaron el riesgo para la estabilidad de la vivienda y que la mantenían en un equilibrio precario que se rompió esa madrugada. El perito de los propietarios señala que el desencadenante del derrumbe pudo ser la acumulación de humedad en el muro de carga que le debilitaron progresivamente. El marés es un material poroso en sobre él el agua tiene un doble efecto, por un lado disminuye su resistencia y por otro aumenta su peso, por lo que una estructura más débil tiene que soportar un peso mayor.

Esta fue la gota final en un edificio en el que, además de la ampliación se le habían retirado unos muros que servían para apuntalar la planta baja del inmueble, en el que se había concentrado el peso sobre los pilares en exceso y que tenía una estructura de bovedillas muy deterioradas por el paso del tiempo.

Los expertos también valoran la mala cimentación del inmueble, pero concluyen que este problema se habría manifestado desde la construcción del edificio y también descartan problemas en el hormigón armado que servía de sustento a la parte superior del edificio.