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Agentes de la Patrulla Verde de la Policía Local de Palma procedieron ayer al precinto y cierre de dos discoteca ilegales ubicadas en los polígonos de Son Castelló y Can Valero.

Ante la presión policial que realiza la nueva cúpula policial en la zona de Gomila, algunos responsables de discotecas ilegales latinas decidieron desplazarse hasta los polígonos industriales.

De hecho, según los expertos, es muy común alquilar una nave y, sin pedir ningún tipo de licencia, reconvertirla en una sala de fiestas en toda regla y abrirla al público. «El procedimiento administrativo es lento y mientras que finaliza el mismo, los dueños han conseguido unos ingresos económicos muy importantes. Es lo que denominamos quemar un local. Es decir, incumplir las normativas y cuando finalmente se dicta el cierre alquilar otro», concluye el responsable de la Patrulla Verde.

Ahora, con la nueva cúpula policial, los responsables de los locales ilegales lo tienen más difícil. La presión será constante y se agilizarán los trámites.