La policía registró a todos los clientes en busca de drogas o armas. | Vasil Vasilev

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Noche de redadas en discotecas latinas de Palma. La Policía Local de Palma llevó a cabo en la madrugada de ayer tres registros en otros tantos locales nocturnos frecuentados por sudamericanos y caribeños, en los polígonos de Son Castelló, Can Valero y la calle Joan Miró.

Las nuevas directrices del cuartel de San Fernando son de tolerancia cero con las ‘discos' ilegales o las que permiten el trapicheo de drogas, la presencia de menores o tienen la música a unos niveles muy superiores a los permitidos. Dentro de este contexto, en los últimos meses se han sucedido los registros y redadas en locales sospechosos.

Tres entradas

Así pues, sobre la una de la madrugada una docena de agentes del GAP (Grupo de Acción y Prevención) y de la Patrulla Verde, la encargada de medir los decibelios en los locales de ocio nocturno, irrumpieron en la primera de las discotecas. Se trata de un local ubicado en el polígono de Son Castelló, que al parecer no contaba con los permisos necesarios para funcionar como discoteca. El local fue cerrado y sus propietarios sancionados.

A continuación, la comitiva policial se desplazó a la calle Poima, en Can Valero, donde otro pub fue registrado. Los agentes precintaron el equipo de música e identificaron a numerosos clientes.

Ya sobre las tres de la madrugada, la última parada policial fue una discoteca de la calle Joan Miró, junto a Gomila. En aquella ocasión, los equipos de sonido también fueron precintados, ya que no cumplían con la normativa.

En total, en los tres registros fueron identificados más de 200 clientes, algunos de ellos menores. Se localizaron sustancias estupefacientes y también cocina ilegales de «pinchos», que se vendían sin autorización de Sanidad. Las redadas continuarán en las próximas semanas.