El conocido empresario Joan Mascaró Florit (Ferreries, 1945), propietario de la firma Calzados Ferrerías, fue asesinado a las tres de la tarde de ayer a cuchilladas en el tramo final de la avenida Son Morera de la localidad, al otro lado del torrente en que se encuentra su casa.
Joan Mascaró, quien presentaba un fuerte golpe en la cabeza y sangraba abundantemente de las heridas provocadas por un arma blanca en diversas partes de su cuerpo, fue intentado reanimar en el mismo lugar de los hechos por algunos vecinos, pero cuando llegó la ambulancia de emergencias, al cabo de media hora, tan sólo pudo certificar su muerte. El dirigente, primo del también empresario del calzado Jaume Mascaró, ya había fallecido.
Pese a ello, el juez tardó todavía tres horas más en autorizar el levantamiento del cadáver, lo que hizo sobre las seis de la tarde. Antes esperó pacientemente a que el médico forense Víctor Verano y los agentes de la unidad de criminalística de la Guardia Civil desplazados a la zona recogieran todo tipo de huellas y pruebas de lo ocurrido. Para entonces, la expectación vecinal en los alrededores ya era máxima.
El presunto agresor, que apenas minutos después del asesinato se personó en el cuartel de la Guardia Civil de Es Mercadal para confesar los hechos, es un pescador de 51 años de edad, Cristóbal Carlos T. G., y que también reside en Ferreries.
Detenido de inmediato por las fuerzas de seguridad acusado de un presunto delito de homicidio, ayer pasó la noche en los calabozos de la Guardia Civil y esta mañana será puesto a disposición del juez Ramon Salada Virgili, actual inquilino del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Ciutadella.
El asesino confeso relató a los agentes que iba conduciendo su vehículo Hyundai Accent cuando vio a Mascaró en motocicleta dirigiéndose a su casa, y, antes de que lograra llegar a la esquina y cruzar el torrente, le embistió hasta hacerle caer al suelo. Entonces, salió de su coche y ambos se enzarzaron en una pelea en la que el detenido acabó esgrimiendo el cuchillo con el que le asestó diversas puñaladas mortales. Mientras su víctima agonizaba, él emprendía la huida, aunque finalmente optó por entregarse a la Guardia Civil.
Al observar que el presunto autor de los hechos tenía varias heridas en la mano izquierda, una patrulla de la Benemérita le trasladó hasta el centro de salud de Es Banyer en Alaior, para curar sus lesiones, y posteriormente fue conducido al hospital Mateu Orfila, donde se le realizaron diversos análisis y pruebas para cerciorarse de que había cometido los hechos sin encontrarse bajo los efectos del alcohol o de cualquier otra sustancia que pudiera servir de atenuante. A continuación, el detenido fue trasladado al cuartel de la Guardia Civil de Maó para interrogarlo.
La noticia del fallecimiento de Joan Mascaró se propagó con rapidez por toda la Isla, causando lógica conmoción y sorpresa entre los vecinos de Ferreries.