La Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación en el domicilio de Artà donde han ocurrido los hechos. | Alejandro Sepúlveda

TW
88

Primer crimen del año por violencia de género en Mallorca. Joan Bernat Palou, de 50 años de edad, supuestamente mató ayer a puñaladas a su exmujer, Margalida Perelló Tous, de la misma edad, y después se intentó suicidar. El crimen ha convulsionado Artà, donde ambos eran muy conocidos.

La víctima y el agresor se habían separado hacía algunos años y, en apariencia, mantenían una relación cordial. Tienen dos hijos: uno de siete años y otro que estudia en Canarias. Margalida había rehecho su vida y él también tenía novia.

Pasadas las nueve de la mañana, Joan –apodado de Can Pantalí– se presentó en la casa de ella, en la calle Bellpuig, número 5. Margalida le abrió la puerta en zapatillas y batín. Acababa de dejar a su hijo pequeño en el colegio, ubicado muy cerca del domicilio familiar. En el rellano se inició una discusión y a continuación Joan blandió un gran cuchillo de unos 30 centímetros y la apuñaló de forma repetida. Hasta cinco veces en el pecho, la pierna y el costado. La mujer quedó tendida en medio de un gran charco de sangre y el agresor subió al piso superior y allí atrancó la puerta. Acto seguido, se apuñaló en el estómago, hasta sacarse las vísceras.

Los vecinos que habían oído gritos llamaron a la policía y los primeros agentes que llegaron se encontraron con un panorama dantesco. La mujer estaba destrozada, cosida a puñaladas, aunque todavía respiraba, y el sospechoso se encontraba arriba, encerrado en un cuarto. La Guardia Civil del cuartel de Artà tiró la puerta abajo y descubrió a Joan agonizando. Los dos fueron evacuados en ambulancia al hospital de Manacor, ella al borde de la muerte y él en estado muy grave. Margalida Perelló falleció poco después. Joan Bernat seguía al cierre de esta edición estable.

Margalida trabajaba en una cordelería de la calle Ciutat, en Artà, que al parecer era propiedad de su exmarido. Joan también había regentado la conocidísima cordelería palmesana de Ca la Seu, junto a la plaza Major. La mujer nunca lo había denunciado por malos tratos.