La comitiva policial de camino a la iglesia. | Alejandro Sepúlveda

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Llucmajor fue ayer un municipio herido. La trágica muerte en acto de servicio del oficial de la Policía Local Pedro Maimó, muy querido por todos, causó conmoción y desató las muestras de solidaridad con la familia y con el cuerpo policial.

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Por la mañana, el Ayuntamiento de Llucmajor decretó dos días de luto por la muerte de Maimó, que tenía 54 años y lleva 25 en la Policía Local. Las banderas del Consistorio ondearon a media asta y se decretaron cinco minutos de silencio a las doce del mediodía. El acto fue seguido por políticos, vecinos e incluso comerciantes, ya que ayer había mercado en la plaza. Por la tarde, sus compañeros de la policía Local se dirigieron del cuartel a la iglesia para darle el último adiós en su funeral, que contó con una asistencia masiva. El alcalde Joan Jaume Mulet, al frente del equipo municipal, se mostró muy afectado, al igual que Antònia Barceló, la jefa de policía.