La Guardia Civil detuvo al acusado el mismo día de la denuncia. | Guillem Mas

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Retraso judicial desmesurado. La Audiencia Provincial de Palma juzgó ayer una supuesta violación denunciada en la Colònia de Sant Jordi hace doce años, el 9 de noviembre de 2001. Nada en la instrucción justifica el retraso acumulado por una causa en la que el acusado fue detenido unas horas después de que se denunciaran los hechos.

El relato fáctico que hace la Fiscalía tampoco implica una especial complejidad en lo ocurrido: El acusado y la víctima coincidieron en un bar de la Colònia. Según relata la víctima, allí el joven -que entonces tenía 18 años- le arrancó un botón de la blusa. Cuando ella se fue en el coche le siguió hasta que ella se detuvo. Según cuenta dio una patada en el automóvil y, cuando ella bajó le agarró y le llevó en el vehículo hasta un descampado: «Me bajó a rastras mientras me golpeaba», aseguró ayer la denunciante. Allí intentó penetrarla hasta que, según ella: «Se me ocurrió una idea y le dije, 'un momento máquina, para' y le ofrecí ir a mi casa. Él me creyó». Ella consiguió escapara después de hacerle una felación obligada.

El acusado niega los hechos. Acepta que discutió con la mujer porque él estaba con unos amigos y ella insistía en venderles unas pastillas. También señala que la mujer le acusa porque tiene una relación de enemistad con una amiga de ella.