Tomeu Morera, uno de los mejores amigos del fallecido Víctor Galeote, mostrando su foto en el teléfono móvil. | Alejandro Sepúlveda

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Tomeu Morera, uno de los mejores amigos del fallecido Víctor Galeote Rosselló, tras prestar declaración en sede policial, acude a Ultima Hora para tratar de limpiar el nombre de su compañero.

«Quiero decir que todo lo que está sucediendo es muy fuerte. Me levanté por la mañana y ví a mi amigo de toda la vida en fotos de los periódicos descuartizado en un congelador. Y encima, tenemos que aguantar que digan que su asesino es buena persona. Esto es increíble», relata Tomeu.

Por su parte, los amigos de la víctima sostienen que han interpuesto denuncia ante el Cuerpo Nacional de Policía de que Diego Antonio Galeote, el homicida confeso, les envió mensajes desde el móvil del fallecido para tratar de justificar su ausencia. «El día 11, a las 23.30 horas, uno de los amigos recibió un mensaje: «Ha venido mi madre, hay movidas, ya te contaré». A los dos o tres días, Diego llamó al destinatario del mensaje diciéndole que la pareja sentimental de su madre le había conseguido un trabajo en la Península y que se habían marchado. «La verdad es que esta historia nos extrañó mucho porque Víctor, unos días antes, había sido expulsado de su casa», añade Tomeu.

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«Víctor era un tío estupendo. Cuando éramos pequeños nos hicimos unos carnets falsos y en el suyo le pusimos un nombre moro. Desde ese día, para todo nuestro grupo siempre ha sido ‘El Moro'. Víctor era un joven currante. Cobraba poco más de 800 euros trabajando de seguridad en los párkings subterráneos de Palma. Cuando su madre lo echó de casa, Diego lo acogió en su vivienda, pero no por hacer una obra de caridad, sino porque necesitaba dinero y el hermano le tenía que pagar una cantidad de dinero».

Tranquilo y noble

Los amigos del fallecido destacan que Víctor era una persona muy tranquila y noble. No entienden como su hermano pudo matarlo y tener la sangre fría de trocearlo y tenerlo 20 días en el congelador.

«No era un chico que se fuese de discotecas ni por los bares. Siempre estaba con nuestro grupo. Nos íbamos a pescar, a pasear y de excursión habitualmente. No queremos que quede ahora como un tío raro o mala gente. No encontrarás a nadie, a parte de la familia, que hable mal de Víctor. El asesino es Diego. Eso hay que recordarlo», concluye Tomeu.