El empleado manipulaba los surtidores para conseguir apropiarse del dinero. | Alejandro Sepulveda Soler

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Tras meses de laboriosa investigación, la Guardia Civil detuvo ayer al empleado de la gasolinera de Sencelles que supuestamente se apoderó durante años de una cantidad que rondaría los 90.000 euros.

El caso se conoció después de que el dueño de la estación de servicio acudiera a la Benemérita para contar que sus cuentas no cuadraban y que al parecer alguien se quedaba con parte de su dinero, hasta el extremo de poner en peligro la viabilidad del negocio.

Investigación

Los agentes del cuartel de Inca abrieron una investigación e informaron de las diligencias al Juzgado de Instrucción número 2 de esa ciudad, cuyo titular autorizó las pesquisas para estrechar el círculo entorno al sospechoso.

Desde el primer momento esas dudas recayeron sobre un empleado del negocio, que estaba solo en la gasolinera muchas horas. Cada mes, según los cálculos, faltaban unos 7.000 euros de la caja y en gasolina sin plomo, por ejemplo, se detectó en un año que 38.000 litros habían sido servidos pero no cobrados. Las cuentas no cuadraban en absoluto, pero a la Guardia Civil le faltaba descubrir el modus operandi por el cual el dinero se esfumaba.

Finalmente, según informaron ayer en fuentes judiciales, se desveló el misterio. Los surtidores eran desconectados después de reponer gasolina a los vehículos y el sistema informático era «reseteado». De esta forma, el empleado podía quedarse el dinero de la caja porque no constaba que se hubieran servido esos litros de combustible. Y así continuamente, hasta obtener un botín de 90.000 euros.

El acusado, que en un principio negó las acusaciones, será puesto hoy por la mañana a disposición judicial en Inca. La identidad del arrestado no ha trascendido, pero sí se sabe que no cuenta con antecedentes policiales.