Tres guardias civiles resultaron ayer con quemaduras, dos de ellos graves y un tercero leve, en una deflagración en su lancha en aguas de la Colònia de Sant Jordi. Todo apunta a que una acumulación de gases en la tapa de sentina del barco y un cortocircuito provocaron el accidente.
A las 10.45 horas, cuatro agentes se encontraban en el puerto de la Colònia, en su lancha junto al surtidor de gasolina. Dos de ellos entraban a trabajar en Cabrera y dos habían finalizado su jornada allí. Mientras los compañeros hablaban, uno de ellos abrió la tapa de sentina y se produjo un cortocircuito. Los gases acumulados prendieron y la deflagración impactó de lleno a dos de ellos. Uno, con grandes quemaduras, se arrojó al mar para aliviar el dolor.
Un tercer agente resultó herido de menor gravedad y el cuarto salió ileso. La Comandancia de la Guardia Civil, nada más tener conocimiento de lo que había ocurrido, montó un gran dispositivo de auxilio. Ambulancias, policías locales, guardias civiles y agentes de Tráfico se personaron en el puerto, para ayudar a los tres guardias. El primero de ellos, de 45 años, tenía quemaduras de segundo y tercer grado en el 25 % del cuerpo. Su compañero, de 40 años, en el 22 % y el tercer quemado, de 49 años, tenía el 6 % de la superficie corporal afectada. En un primer momento, los dos guardias más graves fueron evacuados a Son Espases, pero horas después un avión ambulancia los trasladó al hospital de Vall d'Hebron, en Barcelona. El herido menos grave, en cambio, fue atendido en el PAC de Campos y después pudo regresar a la Colònia de Sant Jordi.
El coronel Jaume Barceló y la delegada del Gobierno, Teresa Palmer, visitaron en Palma a los agentes quemados. Ahora, el Servicio Marítimo de la Guardia Civil ha abierto una investigación interna para aclarar lo ocurrido. Los investigadores sacaron fotos de la lancha y tomarán declaración a los tripulantes.
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