Fotografía de archivo, del 18/03/2009, del español Pablo Ibar, que lleva casi 22 años preso. | John Watson Riley

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El Tribunal Supremo de Florida (Estados Unidos) anulóeste jueves la condena a muerte del español Pablo Manuel Ibar y ordenó un nuevo juicio, decisiones que constituyen una gran noticia «para Pablo, su familia y el Gobierno español», según su abogado.

«Estoy eufórico. Ha sido una larga y dura lucha de casi nueve años» en los tribunales por lograr la anulación de la pena capital de Ibar, quien lleva casi 22 años preso, 15 de ellos en el corredor de la muerte en una cárcel del estado de Florida, dijo a Efe el letrado Benjamin Waxman.

En una conversación telefónica, Waxman confesó que comenzó literalmente a temblar cuando le llamaron hoy del Supremo para comunicarle que esta instancia iba a hacer pública su decisión.

«Cuando me dijeron que el dictamen iba a saberse en los próximos minutos, comencé a temblar», dijo el letrado, quien «en ningún momento» tuvo conocimiento de «la decisión alcanzada» por los siete jueces que integran el Tribunal Supremo de Florida.

El dictamen emitido por la máxima instancia judicial de Florida implica la celebración de un nuevo juicio contra Ibar, condenado por los asesinatos de tres personas, el dueño de un local nocturno y dos modelos, cometidos en 1994.

Cuatro de los jueces votaron a favor de anular la condena a Ibar, de 45 años y único español condenado a muerte en Estados Unidos, mientras los otros tres lo hicieron en contra.

«Lo cerrado de la votación de los jueces -resaltó Waxman- muestra lo reñido» de la decisión judicial, que fue recibida en estado de «shock y con lágrimas» de alegría por la familia de Ibar, quien siempre ha mantenido su inocencia.

En un documento de 27 páginas el Supremo de Florida se pronunció en contra de la condena a muerte y expuso los argumentos de la defensa, principalmente la «ausencia de pruebas físicas que conecten a Ibar con el triple asesinato».

Los abogados del español también alegaron la «poca fiabilidad» de la prueba determinante, con un vídeo «sin sonido, borroso, granulado», grabado por las cámaras de seguridad de la casa del dueño del club, y el testimonio, en ese sentido, de un experto en reconocimiento facial que lo tacha de nada fiable.

Los siete jueces que integran el Supremo de Florida, en la conclusión escrita en una de las últimas páginas del documento, decidieron, «por las razones expresadas con anterioridad», revocar «la negativa del tribunal de primera instancia de desagravio tras la condena ('postconviction relief')».

No obstante, la Fiscalía puede apelar la decisión del Tribunal Supremo de Florida ante esta misma instancia judicial en un recurso de reposición o bien hacerlo incluso ante el Supremo de Estados Unidos.

La esposa y la suegra de Ibar, Tania Ibar y Alvin Quiñones, respectivamente, se declararon hoy «muy felices» por la anulación de su condena y agradecieron a España su apoyo, sin el que «esto no hubiera sucedido».

«Estoy en shock, tan feliz», dijo en inglés y casi sin poder articular las palabras Tania Ibar, quien recibió la buena noticia de parte del abogado.

Tania Ibar, que no pudo hablar hasta ahora con su marido, el cual cumple condena en una prisión del norte del estado, se disponía a reunirse con el padre y un hermano de Pablo Ibar en Miami para festejar y estudiar los siguientes pasos, dijo a Efe Alvin Quiñones, nacida en Puerto Rico, pero de abuelo barcelonés.

Waxman expresó su confianza plena en que la decisión del Supremo de Florida supone el «final de esto para Pablo». «Le vamos a traer a casa de vuelta», sentenció.

Consultadas por Efe, fuentes del consulado de España en Miami manifestaron su «satisfacción» por la decisión del Tribunal Supremo de Florida, el cual se pronunció en contra de la condena por asesinato en primer grado y sentencia de muerte, «ante la ausencia de pruebas físicas que conecten a Ibar con el triple asesinato».

Ibar, sobrino del fallecido boxeador vasco José Manuel Ibar, «Urtain», fue condenado a muerte el 28 de agosto de 2000 como autor, junto a su amigo Seth Peñalver, de los asesinatos de Casimir Sucharski, Sharon Anderson y Marie Rogers, el 26 de junio de 1994.

Su padre, Cándido Ibar Aspiazu, emigró a Estados Unidos, donde se ganó la vida como jugador de pelota vasca, actividad que también practicó su hijo en los frontones Jai-Alai de Florida.

En el primer juicio, celebrado en 1998, el jurado no pudo llegar a un veredicto unánime de culpabilidad y el juez lo declaró nulo.

El juicio se repitió un año después, cuando se aportó una grabación en blanco y negro tomada por una cámara de seguridad de la casa de Sucharski, y esta vez tanto Peñalver como Ibar fueron declarados culpables.

El Tribunal Supremo de Florida anuló la condena a muerte de Peñalver en 2006, pero rechazó el recurso de Ibar y confirmó su condena, aunque la defensa apeló el dictamen.

Un juez de Florida rechazó en 2012 un recurso en el que solicitaba que anulara y ordenara repetir el juicio en el que Ibar fue condenado a la pena capital.

La defensa de Ibar pidió dos años después al Tribunal Supremo de Florida la anulación de la sentencia y la celebración de un nuevo juicio ante el cúmulo de «pruebas exculpatorias» aportadas.