El monitor procesado, de 31 años, durante el juicio en la Audiencia Provincial. | Alejandro Sepúlveda

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En un aula de descanso, la Sala de dormilones del colegio, Jaume B., monitor del centro educativo palmesano, sometió a tocamientos sexuales a dos menores durante ocho meses, en el curso escolar 2010-2011. Así ha quedado probado para un tribunal de la Audiencia, que ha condenado a diez años de cárcel al acusado tras considerar que ha quedado acreditado en el juicio que abusó de las dos niñas, de tres años de edad.

La sala otorga credibilidad al testimonio de una compañera del acusado, también cuidadora. La mujer dijo que Jaume no rotaba, siempre estaba con las mismas niñas y vio comportamientos raros. Con una de las menores, se sentaba al lado o se tumbaba y se tapaba, aunque en esa época hiciera calor.

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El coordinador de la escuela pidió a la monitora que evitara estas situaciones. Una de las veces, la mujer vio en el monitor una erección después de haber estado con una de las víctimas en el aula de descanso. En otra ocasión, una niña llevaba el pantalón y las braguitas bajadas. Un día, al llegar al trabajo, el coordinador le comentó que ya había salido todo a la luz. «Jaume no vendrá a trabajar hoy porque una nena ha hablado». Otras dos cuidadoras corroboraron la versión de su compañera.

«Son múltiples los corroborantes que avalan el testimonio directo de la primera monitora que declaró y, permiten concluir que, con relación a una de las menores, el acusado, al menos durante el curso escolar 2010-2011, sometió a tocamientos en su zona vaginal en muchas ocasiones, aprovechando la penumbra que ofrecía la sala», refleja el tribunal en la sentencia.