El empresario Bartolomé Cursach, durante su declaración ante la jueza este viernes. | Guillermo Esteban

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Bartolomé Cursach ha declarado en la mañana de este viernes en el juicio por amenazas contra un antiguo empleado suyo que «es mentira que desde el grupo Cursach se haya ofrecido dinero a algún testigo para cambiar su versión».

Así lo ha asegurado el empresario, quien únicamente ha respondido a las preguntas de la defensa del acusado por obstrucción a la justicia.

Cursach, que ha comparecido desde una cárcel de Alicante por videoconferencia, había dicho previamente que sus abogados le habían aconsejado que no respondiera a ninguna pregunta, aunque por ello la magistrada que enjuicia el caso le ha advertido de que podría incurrir en un delito.

Asimismo le ha informado de que estaba obligado a declarar como testigo, a no ser que su declaración pudiera perjudicarle en otros procesos.

En este punto Cursach ha insistido: «Mis abogados me han repetido que por favor no haga ninguna declaración». «Me siento mal y maleducado pero no voy a contestar a ninguna pregunta».

La jueza Francisca Ramis le ha ordenado entonces telefonear desde la prisión a los letrados para corroborar que conoce los riesgos de negarse a testificar.

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Declaración de Sbert

También ha declarado la mañana de este viernes como testigo el «número dos» del Grupo Cursach, Bartolomé Sbert, trasladado desde la cárcel de Palma, donde en prisión preventiva.

El directivo ha negado que haya ordenado intimidar a testigos. «Sería una locura hacer algún movimiento en cualquier sentido» desde la cárcel, ha argumentado, al tiempo que ha señalado que el único conocimiento que tenía del acusado de amenazas era que su abogado le había indicado quién era cuando compartían la prisión.

Antes de exponer su informe final, la Fiscalía ha considerado que Sbert y Cursach se han contradicho en sus declaraciones sobre el acusado, por lo que ha anunciado su intención de deducirles testimonio por si habían mentido como testigos.

El ministerio público ha mantenido la petición de 3 años de cárcel contra M.C.S., de 39 años, por dos delitos de obstrucción a la justicia por amenazar al testigo protegido y a otro antiguo empleado de Cursach con el que compartió cárcel.

Sobre éste último, que declaró en la primera sesión del juicio, la Fiscalía también ha anunciado que iniciará el proceso para determinar si mintió en el juicio, dado que ha cambiado su versión en varias ocasiones.

La defensa M.C.S ha solicitado su libre absolución al entender que no se han probado las amenazas de las que se le acusa.