Dos trabajadores observan el boquete que se abrió en el techo, junto a un restaurante. | Michel's

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El hundimiento del techo de un local en las inmediaciones de Punta Ballena provocó ayer la alarma entre vecinos y comerciantes, que temían que hubiera personas atrapadas. Finalmente, tras un gran despliegue de equipos de emergencia, se comprobó que el establecimiento afectado estaba vacío.


«Eran las ocho y media de la mañana y estaba preparando la piscina y las hamacas del hotel, cuando de repente escuché un ruido tremendo. Luego, se levantó una nube de polvo. Al principio no sabíamos qué había pasado», contó ayer a este diario David, un técnico del hotel Honolulú, que fue testigo del derrumbe.


Mujer atrapada
El local en cuestión, que colinda con un restaurante sueco y está ubicado en la calle Pinada, junto a Punta Ballena, es usado como almacén desde hace unos seis años y por las mañanas acude a limpiar una señora, precisamente a la hora que se produjo el derrumbe. «Todos pensamos que la mujer estaba debajo de los escombros y al principio estábamos todos muy nerviosos, esperando que llegaran los bomberos», relató otro de los residentes en la zona, que se acercó al lugar de los hechos nada más escuchar el estrépito.

Los bomberos del parque de Santa Ponça trabajaron a destajo, por si realmente la señora estaba atrapada bajo los escombros: apuntalaron el recinto, para evitar nuevos derrumbes, y cortaron la luz, para poder trabajar sin riesgo de cortocircuitos. Afortunadamente, tras una búsqueda contrarreloj, se comprobó que no había víctimas en el local siniestrado.

La Policía Local y la Guardia Civil colaboraron en el despliegue que se llevó a cabo en la zona de Punta Ballena.