Según ha informado la Policía de Madrid, los padres del menor vivían separados, el padre con el niño en Rumanía y la madre en Madrid. La mujer había denunciado con anterioridad malos tratos por parte de su pareja en la Unidad de Protección a la Familia, Mujer, Menor y Mayor de la Policía Municipal de Madrid.
El sábado por la mañana, la madre comenzó a recibir en su móvil mensajes amenazándola de muerte y vídeos del niño en un entorno boscoso en el que aparecía atado a un árbol, amordazado y con cortes en el pecho y abdomen. El padre le exigía 1.000 euros si quería que dejase de torturarle.
Una vez conocidos los hechos la Unidad de Protección a la Familia, Mujer, Menor y Mayor, trasladó a la madre a la Comisaría de Usera, donde el Grupo de Policía Judicial del Cuerpo Nacional de Policía se hizo cargo de las diligencias procediendo a dar traslado de toda la información a INTERPOL para que la Policía Rumana actuase de inmediato.
Pocas horas después, un grupo de intervención de la Policía Rumana liberó al niño, que localizaron en casa de su abuela paterna, y que fue trasladado a un Centro Sanitario para recibir asistencia médica. Poco después, fue hallado y detenido el progenitor, que había emprendido la huída.
El menor en estos momentos se encuentra ingresado en un Centro Asistencial en Rumanía y su madre está recibiendo una especial protección por parte de la Unidad de Protección a la Familia, Mujer, Menor y Mayor de la Policía Municipal como víctima de «Riesgo Extremo».
También se ha dado traslado al Juzgado de Violencia de todas las actuaciones realizadas.
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