El brutal asesinato de las tres niñas de Alcàsser mantuvo en vilo a todo el país durante más de dos meses y el posterior seguimiento mediático del dolor de sus familias y la investigación forense y policial dieron pie a lo que numerosos analistas han llegado a denominar el inicio de la «telebasura».
Las víctimas fueron vistas por última vez el 13 de noviembre de 1992, cuando se dirigían desde Alcàsser, donde residían, a la discoteca Color de la vecina Picassent, adonde nunca llegaron.
Su desaparición dio paso a una intensa búsqueda que concluyó el 27 de enero de 1993 cuando dos apicultores hallaron los cadáveres semienterrados de las adolescentes en un paraje de difícil acceso conocido como La Romana, cerca de la presa de Tous.
Las autopsias confirmaron que Miriam, Toñi y Desirée fueron torturadas y violadas antes de morir de un disparo.
La repercusión mediática del triple crimen fue tal que, a las pocas horas de haberse encontrado los cuerpos, programas de emisión nacional trasladaron sus platós a Alcàsser y entrevistaron a los padres, familiares y amigos de las niñas.
Un día después del hallazgo de los cuerpos fueron detenidos varios sospechosos, entre ellos Miguel Ricart, que en su primera declaración ante la Guardia Civil admitió su participación en los crímenes, y Enrique Anglés, puesto en libertad el 30 de enero.
Un tercer sospechoso, Antonio Anglés -hermano de Enrique-, que se encontraba fugado de Picassent tras aprovechar un permiso penitenciario, se dio a la fuga, aunque su participación en los crímenes fue probada al descubrirse unos papeles rotos junto al lugar donde estaban enterrados los cuerpos.
Desde entonces se desconoce su paradero y aunque se especuló con que podía haber muerto ahogado en aguas de la costa de Irlanda, su búsqueda ha continuado, sin éxito, por distintos países de Latinoamérica y Europa.
El 12 de mayo de 1997 comenzó el juicio contra el único encausado, Miguel Ricart, quien tras 49 vistas y la comparecencia de un centenar de testigos fue condenado el 5 de septiembre a 170 años de prisión como autor de tres delitos de asesinato y cuatro continuados de violación en concurso con tres delitos de rapto.
El tribunal consideró que aunque Antonio Anglés fue el autor material de los crímenes, Ricart estuvo presente y no hizo nada por evitarlos.
Además, se le encontró culpable de cuatro delitos de violación, por atacar sexualmente a una de las niñas y sujetar a las víctimas mientras otra persona, supuestamente Anglés, las forzaba.
La sentencia absolvió inicialmente al Estado de toda responsabilidad subsidiaria en relación al caso, aunque el 4 de julio de 2005 la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional declaró la responsabilidad patrimonial del Estado por la concesión en 1992 del permiso penitenciario aprovechado por Anglés para darse a la fuga.
En 2010, el caso recobró actualidad al recordarse que Ricart podría estar cumpliendo sus últimos días de privación de libertad en virtud de las redenciones aplicadas a la pena.
Ricart había sido juzgado y condenado por el Código Penal de 1973, que recogía, entre otras medidas, un día de descuento de condena para el preso por cada dos de trabajo. Así, el 22 mayo de 2011 Ricart habría cumplido su condena.
Sin embargo, la Audiencia de Valencia acordó aplicarle la «doctrina Parot» -solicitada por la Asociación Clara Campoamor-, que adjudicaba beneficios penitenciarios sucesivamente a cada condena y no sobre el máximo de 30 años, con lo que su salida se retrasaría hasta el 19 de enero de 2023. En enero de 2011, el Tribunal Supremo confirmó la decisión de la Audiencia.
Pero el 21 de octubre de 2013, la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos anuló la retroactividad de la doctrina Parot y ello activó la salida de prisión en España de presos etarras, asesinos y violadores, Ricart entre ellos.
El 29 de noviembre de 2013, con 44 años y veintiuno de ellos entre rejas, el único condenado por los crímenes de Alcàsser abandonó la cárcel ciudadrealeña de Herrera de La Mancha.
Su excarcelación fue recurrida ante el Supremo por familiares de las víctimas, la Abogacía del Estado y varias asociaciones aunque finalmente, el alto tribunal consideró que ninguna de estas partes estaba legitimada para oponerse al auto de la Audiencia de Valencia que, en aplicación de la anulación de la doctrina Parot, declaró extinguida la pena.
En sus primeros días de libertad, Ricart fue objeto de un intenso seguimiento mediático y tras un primer intento de establecerse en Córdoba, finalmente optó por desplazarse a Cataluña, donde permaneció pocos días antes de cruzar la frontera con Francia el 12 de diciembre de 2013.
Breve cronología
13.11.1992/ Desaparecen Miriam García, Antonia Gómez y Desirée Hernández en la población de Alcàsser, muy próxima a Valencia.
27.01.1993/ Los cuerpos de Miriam, Toñi y Desirée son hallados semienterrados en el paraje de La Romana (Valencia), cerca de la presa de Tous.
28.01.1993/ Ricart es detenido, por falsedad en su declaración.
26.04.1993/ El juzgado de Alzira (Valencia), que instruye las diligencias del caso, levanta el secreto del sumario.
12.05.1997/ Comienza el juicio por el triple crimen, con «el Rubio» como único procesado.
05.09.1997/ La Audiencia Provincial de Valencia condena a Ricart a 170 años de prisión por el rapto, violación y asesinato de las tres niñas.
24.01.2000/ El entonces director general de la Policía, Juan Cotino, asegura que se intensifican las gestiones con la policía irlandesa para determinar si los restos óseos hallados en el puerto de Dublín pertenecen a Antonio Anglés.
04.04.2001/ La delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Carmen Mas, señala que los análisis de ADN efectuados por la Policía a unos huesos hallados en Irlanda revelan que no pertenecen a Anglés.
29.11.2013/ Ricart es excarcelado tras anularse la «doctrina Parot».
15 comentarios
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Y pasarán 25 años más sin que se sepa la verdad de todo lo que pasó, sin duda el caso más oscuro, turbulento y vergonzoso de la justicia española. Yo no creo que los dos yonkis que inculparon fueran los autores materiales, que estaban seguro que sí, pero tiene más pinta de machacas que de ser ellos los asesinos. Eran los recaderos de alguien con más poder, seguro.
Cuando uno lee todo lo que les hicieron, no es creíble que fueran sólo dos personas, debieron ser unos cuantos más. Dijo Ricart que al estar ya en La Romana con las chicas atadas a un palo, él bajó al pueblo a por unos bocadillos dejando a Anglés en la casa. En ese instante debió ir a buscar a otros para cometer esas atrocidades, y los ha encubierto durante todos estos años.
Mallorca tambien tiene lo suyo... donde esta malen....
Sabemos ya de algunos que participaron. Por desgracia las autoridades prefieren proteger los vicios de los poderosos que a los ciudadanos de a pie.
el dia que se sepa la verdad sera flipante la gente que hay detras de esto. los que intentaron investigar lo quitaron de en medio rapidamente,eso solo responde a que hay gente importante implicada, ricard es un cabeza de turco.
pobres padres.....yo no aguantaria tanto...
Me dan igual las entelequias. Es absolutamente INADMISIBLE que Ricart saliera de la cárcel. Pero bueno, si yo fuera familia directa de alguna de las niñas, lo hubiera celebrado porque, POR FIN, hubiera habido justicia. Sin embargo.....Cada uno debe hacer lo que considere oportuno
Hay gente que no se puede tocar y no se toca... como padre solo te queda la opcion del la loqueria.... solo dios sabe de las locuras impunes que hay....y solo el sabe el desespero que se puede llegar a sentir... y el solo sabe que la unica justicia que queda es la divina...y somos muchos los que la esperan
Dicen que los dos inculpados, se lleron a las niñas, pero que en realidad no eran más que los que les hacían de sicarios, y los criminales son los peces gordos, practicando sus orgías sangrientas. También se dice que estos mismos peces gordos, abusaban de los niños y niñas de un orfanato y que mataron a unos cuantos con sus prácticas brutales. Al menos.esto cuentan. Pero todo el mundo tiene miedo de investigar todo esto.
Pusieron muchas trabas al caso desde arriba, porque hay gente oligarca implicada.