Fotografía cedida por la Armada Argentina que muestra el submarino de la Armada desaparecido.

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La «gran preocupación» de las familias de los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan de la Armada Argentina, cuyo rastro se perdió hace seis días, es si todavía tienen oxígeno, según explicó uno de los psicólogos que les atienden.

«Lo único que los compensa es decir, 'bueno, mi hijo está haciendo lo que realmente le gusta' y eso es importante porque genera un sentimiento de pertenencia», relató el licenciado en psicología y capitán de fragata Víctor Hugo Dugar, uno de los especialistas que trata a los familiares.

En la localidad costera bonaerense de Mar del Plata se encuentra la base de operaciones del submarino y allí vive la mayoría de sus tripulantes, por lo que es donde actualmente se encuentran sus allegados, que aguardan entre nervios e incertidumbre.

Dugar señaló en declaraciones a radio Uno que el grupo de allegados ha pasado por «tres momentos importantes que han calado hondo».

El primero fue cuando se desmintió que una serie de llamadas satelitales registradas el pasado sábado procedieran de la nave.

«La empresa telefónica corroboró que no provenían del submarino. Fue la primera gran desazón», remarcó el psicólogo.

Por otro lado, entre el domingo por la noche y el lunes por la mañana estaba programada la llegada a la Base Naval de Mar del Plata del submarino, que había partido el lunes pasado del puerto de Ushuaia y se dirigía de regreso a la localidad bonaerense.

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«Y había cierta esperanza de que ocurriera. Pero no fue así», subrayó Dugar, que agregó que el otro momento de tristeza fue cuando la Armada confirmó ayer que un «ruido» detectado en la zona del Atlántico Sur donde se busca el submarino no corresponde al sumergible.

«Se nos produjo una descompensación masiva de gente, fundamentalmente gente adulta, mamás y papás ya grandes. Hubo descompensaciones cardíacas», indicó.

A lo largo del martes, continuó explicando, llegarán a Mar del Plata tres médicos más para atender «en situaciones masivas y estar preparados para algunas noticias que pueden llegar a ocurrir».

«Esta profesión de ser submarinista es una profesión muy riesgosa y los submarinistas lo saben, y por ende las familias también, que esto puede llegar a ocurrir», matizó el psicólogo.

«La gran preocupación» en este momento, según reconoció, es si todavía la tripulación tiene oxígeno

La preocupación por el paradero del submarino se originó cuando el pasado viernes autoridades de la Armada señalaron que la nave había reportado por última vez su posición en la madrugada del miércoles, por lo que se resolvió activar el protocolo de búsqueda.

Actualmente, el operativo cuenta con diversos aviones y barcos y la colaboración internacional de Chile, Brasil, Estados Unidos, Reino Unido, Colombia, Uruguay y Perú.