Pepe Carbonell es un empresario de Calvià de 30 años que trabaja en el ocio nocturno y que no duda en denunciar públicamente el calvario que le ha tocado vivir. | Julio Bastida

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«He pasado 108 días encerrado en la cárcel de Palma. Cuatro meses de privación de libertad siendo totalmente inocente. ¿Y ahora qué?». Pepe Carbonell es un empresario de Calvià de 30 años que trabaja en el ocio nocturno y que no duda en denunciar públicamente el calvario que le ha tocado vivir.

«En la cárcel sentía una gran impotencia y sensación de injusticia. Mi familia ha sufrido mucho, yo he sufrido. Llegó un momento que hasta mi propia familia se cuestionaba si era verdad lo que yo contaba. Escuchar gente mentir sobre tu persona y que no te permitieran ni defenderte es algo que no se lo deseo a nadie», señala Carbonell.

«Yo no quiero cargar contra el juez Penalva o el fiscal Subirán, pero sí que quiero pedirles que hagan las cosas bien y que sean justos. A pesar de todo lo que me ha pasado y he tenido que vivir, sigo creyendo en la Justicia. A mí me han querido cargar el muerto de que era un hombre de ‘Cursach' cuando realmente no tengo nada que ver con ese grupo empresarial», apunta el joven empresario. «Lo peor de todo es que a pesar de haber sido absuelto en un juicio y demostrar que soy inocente, el juez Penalva me sigue manteniendo las medidas cautelares».

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Excarcelado

A mediados de septiembre, la jueza de lo penal Concepción Moncada absolvió y ordenó la excarcelación de nuestro protagonista para quien la Fiscalía había pedido tres años de prisión por amenazar a un testigo del caso Cursach, presunto delito por el que el encausado llevaba ingresado en prisión desde principios de junio.

La juez Moncada sí impuso a Carbonell una multa por quebrantar la orden de alejamiento del testigo. Tras haberla satisfecho, él entiende que fue injustamente encarcelado, y que sigue sufriendo por ello.