El juez instructor del ‘caso Cursach’, Manuel Penalva. | Alejandro Sepúlveda

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La instrucción del ‘caso Cursach’ está en suspenso pero los cruces de escritos arrecian. Las defensas de los alrededor de cien imputados en el parte principal del caso se han sumado casi en bloque a la petición de recusación al magistrado Manuel Penalva. Mientras, la Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial ha incluido en su orden del día de hoy la petición de amparo formulada por el mismo instructor hace un mes por distintas presiones, entre las que se incluyen las manifestaciones en la puerta de los juzgados de Via Alemania.

La decisión del Consejo de la mañana de este jueves será si admite a trámite o no esa petición y se inicia así un expediente, no sobre el fondo del asunto.

Las partes tienen de plazo toda esta semana para informar sobre el incidente de recusación que presentó y, por el momento, las defensas lo están haciendo de forma mayoritaria. Ya hay alrededor de una veintena de adhesiones y varios letrados preparan las suyas. Entre los que se han sumado está el principal investigado, Bartolomé Cursach.

Su defensa, en este caso el exfiscal Enrique Molina, plantea la vulneración al derecho a un juez imparcial. En esa línea apunta: «El señor Penalva habría manifestado a través de diversos actos propios un inusitado y evidente interés en el objeto de pleito». A partir de ahí, el letrado argumenta que el juez ha manifestado una «posición personal tan contundente en el objeto de investigación de la que se deriva el temor racional de mi mandante a que el referido magistrado hay desarrollado un prejuicio que le impida actuar con la necesaria objetividad».

Esos argumentos se basan sobre todo en la «insólita instrucción» a la testigo protegida 31, la ‘madame’ y acusa al instructor de conocer la falsedad del testimonio de éstos. También le acusa de desestimar pruebas presentadas por las defensas para evitar dañar su tesis.