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La sección 26 de la Audiencia Provincial de Madrid celebra el próximo jueves, 11 de enero, el juicio contra un hombre acusado de atar a su expareja a la pata de una cama de matrimonio para drogarla y propinarle una paliza durante toda una noche.

La Fiscalía Provincial de Madrid solicita 10 años de prisión para José C. S., que cuenta con antecedentes penales con una condena previa por un delito de maltrato en el ámbito familiar, por los delitos de detención ilegal y lesiones.

El escrito de acusación sostiene que el 24 de agosto de 2016 el acusado acudió a las 23 horas al domicilio donde residía su expareja, de nacionalidad española, con la excusa de ver a su hijo. Una vez en el interior de la vivienda comenzó a insultar a la mujer y bloqueó la puerta de salida. Le llamó «puta» y le dijo que «iba a ganar dinero zorreando» para él. «Vas a comer la boca y la lengua de todo el mundo», le soltó.

A continuación la introdujo «contra su voluntad» en el dormitorio principal y la ató a la cama. Fue entonces cuando el acusado cogió un palo de madera con punta metálica y comenzó a propinarles durante varias horas «numerosos» y «violentos» golpes por todo el cuerpo, «llegándole a obligar a ingerir benzodiacepinas, cocaína y opiáceos».

Sobre las 9 horas del día siguiente pidió a su hija mayor, que era menor de edad, que comprara un candado con el que, haciendo uso de una cadena que entrelazó entre la pata de cama y el cuello de víctima, lo cerró y la dejó en el cuatro «impidiendo toda posibilidad de huida». El acusado se marchó poco después del domicilio y unos 45 minutos después fue liberada por su hijo de ocho años.

Como consecuencia de la agresión, la víctima sufrió múltiples lesiones, entre un traumatismo cefálico, facial, en las extremidades, dorso-lumbar y glúteos, además de una intoxicación involuntaria de benzodiacepinas, cocaína y opiáceos, además de equimosis por varias partes de su cuerpo. Estuvo hospitalizada y tardó en curarse diez días.

El Juzgado de Violencia de Género sobre la Mujer número 6 de Madrid acordó en un auto el pasado 3 de diciembre de 2016 la prohibición de que el acusado se aproximase a menos de 500 metros de su expareja así como de sus tres hijos menores, de su domicilio, lugar de trabajo o cualquer lugar que frecuentara.