Bartolomé Capó, tras su declaración en el juzgado. | Alejandro Sepúlveda

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El instructor del ‘caso Cursach’, Miquel Florit, que sustituye al recusado Manuel Penalva, ha acordado dejar sin efecto la orden de alejamiento de uno de los subinspectores imputados, Bartolomé Capó, representado por el letrado Eduardo Morey. Desde el año 2016 una orden judicial le impedía acercarse a menos de 250 metros de cualquier dependencia judicial. La resolución del juez valora que la Audiencia Provincial anuló las medidas cautelares que pesaban contra él y, entre estas debe tenerse también la orden de alejamiento.

Tras la revocación de la medida, Capó ha solicitado la reincorporación al servicio activo y una resolución de recursos humanos de la Policía Local así lo admite. En una línea similar, en las últimas semanas otros agentes de los imputados en la trama han vuelto a trabajar. Muchos de ellos llevaban apartados más de dos años del cargo.

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Denuncia falsa

Por otra parte, dentro de la investigación contra la ‘madame’ por un delito de falso testimonio, la acusación particular que representa a un inspector y a un inspector jefe de la Policía Nacional, ha solicitado la imputación de uno de los agentes del Grupo de Blanqueo. Los dos mandos fueron denunciados en falso por la mujer. Una investigación así lo demostró. En su declaración de esta semana, la testigo protegida apuntó a que este agente le sugirió a quién denunciar.