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Los tres integrantes del clan de 'El Raúl' de Son Banya, que han declarado este lunes en un juicio en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Baleares por tráfico de drogas, han negado los hechos.

La Fiscalía les pide 36 años de cárcel y 1,2 millones de euros de multa y sostiene que este clan se dedicaba a la venta de cocaína y hachís. Considera que 'El Raúl' desempeñaba las funciones de mando y dirección mientras los otros dos procesados obedecían sus órdenes, vendían las sustancias y controlaban los puntos de venta.

En su acusación, el fiscal detalla una decena de episodios entre diciembre de 2014 y abril de 2016 en los que los acusados vendieron diferentes cantidades de droga.

Por su lado, el Grupo de Estupefacientes de la Policía Nacional obtuvo una autorización judicial para registrar los inmuebles y durante la actuación intervino grandes cantidades de dinero y droga preparada para su distribución.

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Sobre esto, 'El Raúl' ha explicado, durante su declaración, que es «consumidor» de hachís, sustancia a la que ha dicho que es «adicto». Sobre el dinero encontrado en su domicilio -unos 30.000 euros-, ha dicho que se lo había dejado su hermana «para abrir un negocio» como el que ya había tenido antes cuando regentaba «un bar».

Respecto a que por qué entregaron las llaves de dos coches a los agentes que participaron en el registro de su domicilio, ha explicado que fue porque uno de ellos le amenazó con llevarse también a su hijo que entonces tenía 18 años.

Otro de los procesados, que solo ha respondido a preguntas de su abogado, ha explicado que el dinero encontrado en su vivienda -unos 800 euros- era una cantidad ahorrada para comprarse un coche que proviene de la «ayuda familiar» que percibe.

Además, otro de los investigados ha explicado que, tras discutir con su mujer y después de visitar a sus padres, fue a comprar una coca-cola y que varios agentes se le echaron encima pero que a día de hoy, ha asegurado, todavía no sabe «por qué» lo hicieron.