El cuerpo del cineasta holandés fue trasladado fuera del poblado. | Alejandro Sepúlveda

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Uno de los pocos testigos presenciales de la muerte del cineasta holandés Wouter van Lujin afirmó este miércoles ante el juez que fue atacado por varias personas. El testigo es un ciudadano paquistaní que acompañó en taxi desde Palmanova hasta Son Banya a la víctima y que se adelantó con él a comprar droga por la calle cinco del poblado. Su versión concuerda con la del conductor del taxi y pone en duda la autoría del crimen por la que permanece una única persona en prisión preventiva.

Según el paquistaní, que declaró por videoconferencia desde la Península, fueron varios los atacantes, al menos un grupo de seis personas, todos ellos jóvenes. Tras la agresión, que calificó como muy violenta, la víctima no volvió a levantarse del suelo. Eso fue lo mismo que declaró el principal investigado en una primera declaración. Sin embargo, más tarde admitió que él golpeó al cineasta tras una discusión menor.

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Ayer también declaró como testigo el cuarto ocupante del taxi, de origen tunecino. Los dos, junto con el conductor se marcharon por miedo en un primer momento de Son Banya y sólo más tarde regresaron para intentar auxiliar a la víctima, que fue trasladada a un hospital por el ahora investigado. Los hechos ocurrieron el pasado trece de julio de madrugada.

Por el momento, los testimonios contrarios al acusado han provenido de residentes en el poblado y chocan con lo que han declarado los ocupantes del taxi. La versión del encausado fue cuestionada desde un primer momento por los investigadores y desencadenó su detención poco después del crimen.