La mujer, Stefanie Petra, alemana de 59 años, y su pareja, Udo Von Salzen, también germano y de 53 años, aparecieron muertos en la cama y el pasillo, respectivamente, de su casa en Mallorca. La Benemérita trataba de determinar si se trató de un caso de violencia doméstica.
Las amigas de ella fueron la que dieron la voz de alarma, ya que hacía entre cinco y seis días que no tenían noticias suyas. La llamaban al teléfono móvil, pero no contestaba, y este lunes por la noche acudieron a la Policía Local de Llucmajor, ante la posibilidad de que le hubiera ocurrido algo.
La mujer había contado a sus íntimas una serie de problemas conyugales, lo que aumentó la angustia de sus amigas. «Discutían mucho, pero dos días después parecía que no había pasado nada», explicaba un vecino este martes.
Una patrulla de la Policía Local acudió al chalet, que está ubicado en la calle Xiprer de la urbanización de Llucmajor, y tras conseguir acceder al interior encontraron al hombre ahorcado en el pasillo y a la mujer muerta sobre la cama. Los dos cuerpos estaban en avanzado estado de descomposición y no era posible confirmar que la señora había muerto asesinada, si bien la investigación avanzaba en ese camino.
La casa quedó precintada y el caso pasó a manos de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Algaida, que llevó a cabo una minuciosa inspección ocular en el chalet en busca de indicios de violencia. El juzgado de guardia fue informado del doble fallecimiento y un forense examinó los cuerpos. Este martes por la mañana está previsto que se practique la autopsia a los dos alemanes fallecidos, que deberá confirmar -o descartar- que se trató de un crimen de violencia machista. De ser así, estaríamos ante el primer caso en Mallorca en 2019.
En todo caso, las fuentes consultadas indicaron que tenían que ser muy prudentes y que no se podía confirmar la causa de la muerte de la mujer debido al avanzado estado de descomposición que presentaba.
Este martes, con las primeras luces del día, está previsto que regrese la Policía Científica para continuar con la inspección ocular. La Guardia Civil tomó también declaración a los vecinos del chalet, para saber si habían visto o escuchado algo extraño.
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