El acusado, durante el juicio. | Juan P. Martínez

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Un hombre acusado de agresión sexual y abusos a la hija de 16 años de su expareja en verano de 2013 ha negado este jueves los hechos ante la Audiencia Provincial de Baleares.

«No lo he hecho, me podéis cortar la mano, pero juro ante Dios que no lo he hecho», ha señalado.

En su declaración, el hombre ha asegurado que nunca se quedó a solas con la joven y que la denuncia responde a una venganza por parte de la anterior pareja de la que era su novia porque le responsabilizaba de la ruptura de la relación. «Me avisaron de que me iban a poner una trampa mediante su hija», ha asegurado.

Por su lado, la joven -que en la actualidad tiene 22 años- ha explicado que el hombre se metió en numerosas ocasiones en su habitación y que ahí la sometía a tocamientos mientras dormía. Cuando se despertaba, avisaba a su hermana y le pedía que se apartara.

A pesar de esto, ha explicado que el hombre llegaba a volver «hasta dos o tres veces la misma noche».

Asimismo, ha indicado que una mañana la empujó contra la pared y ahí la penetró vaginalmente. «Fueron unos segundos hasta que me pude escapar y me fui a la cocina y cogí un cuchillo», ha dicho. Tras esto, se fue de casa y acabó ingresando en un centro de menores.

La Fiscalía, por su lado, sostiene que el hombre accedía a su dormitorio y que la sometía a tocamientos genitales por encima de la ropa, llegando a masturbarse ante la menor.

Además, mantiene que en julio de 2013 el hombre agarró a la víctima por la espalda, la puso contra la pared y, mientras la agarraba de un brazo, le bajó los pantalones y la ropa interior y la penetró vaginalmente hasta que ella consiguió zafarse y huir. Por estos hechos, le pide 16 años de prisión.

La madre de la víctima ha explicado que en el momento de los hechos, cuando la niña se marchó de casa su ex le dijo que se enfadó con ella, con algo relacionado por la cena, pero no sabe qué pasó.

Posteriormente a su marcha, pero antes de la denuncia, ha explicado que uno de sus hijos varones le explicó que le «tocaba» y otra de sus hijas le relató que el hombre le había dado besos en la boca. «En un principio, pensé que eran juegos, que era por cariño, yo no pensaba nada malo», ha aseverado. Cabe destacar que su testimonio ha sido confuso y ha incurrido en diversas contradicciones y que el tribunal le ha llamado la atención por esto.