Renata G. llegó acompañada por dos personas a los juzgados de Via Alemania que intentaron evitar que se la tomaran fotografías. | Alejandro Sepúlveda

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Sin acuerdo posible en el juicio por la muerte de Paula Fornés. Una vista celebrada en el juzgado de lo Penal 3 de Palma esta mañana ha dejado clara la distancia que supera a la Fiscalía y, sobre todo a los padres de la víctima que ejercen la acusación particular de la defensa de Renata G., la conductora que la arrolló en sa Ràpita, multiplicó por cuatro la tasa de alcoholemia y luego se dio a la fuga.

La defensa aspira a una condena mínima por el delito de homicidio imprudente, de dos años y medio. Las acusaciones reclaman penas de cinco años, en caso de la Fiscalía y la familia rechaza cualquier negociación con las penas.

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De esta forma, el juzgado ha señalado para el mes de septiembre una nueva vista. En ella se abordarán las cuestiones previas planteadas por la defensa para intentar anular la prueba de alcoholemia.

Renata G. llegó acompañada por dos personas a los juzgados de Via Alemania que intentaron evitar que se le tomaran fotografías. La mujer, de nacionalidad polaca, apenas estuvo una hora en la sede judicial, semi oculta entre sus acompañantes y muy nerviosa.

La familia de la menor, de 15 años de edad, ha sido especialmente activa para trabajar de cara a endurecer las penas por homicidios imprudentes vinculados al tráfico y ha tenido un papel destacado de cara a la reforma del Código Penal que castiga más estos delitos.