Las largas jornadas en la calle le generaban entre 300 y 500 euros diarios, pero todo era entregado a los explotadores, que se lo gastaban en propiedades inmobiliarias y en un juego de azar muy popular en Rumanía. | Mossos d'Esquadra

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La División de Investigación Criminal de los Mossos d'Esquadra, conjuntamente con el Grupo de Tráfico y Explotación de Personas (GTEP) de la Guàrdia Urbana de Barcelona, ??han detenido a dos hombres y una mujer de nacionalidad rumana por su pertenencia a grupo criminal y por tráfico de seres humanos con el fin de mendicidad, una práctica a la que obligaron a su víctima a llevar a cabo en jornadas de 18 horas y que le provocó la amputación de una pierna.

Según informa la policía catalana, la investigación se puso en marcha en agosto de 2018 después de que los servicios sociales del Ajuntament de Barcelona detectaran un posible caso de explotación para la mendicidad de un hombre que pedía limosna en el barrio de Gràcia de Barcelona y que no disponía de recursos, ni sociales ni económicos.

El perfil de este hombre tenía los elementos necesarios para que sus explotadores lo eligieran como víctima el año 2016: de edad avanzada, no disponía de trabajo ni recursos en Rumanía, vivía en una casa que requería de una urgente rehabilitación, no disponía de ninguna formación con cualificación profesional y en Barcelona no tenía ningún familiar o conocido con quien pudiera tener algún vínculo. En este contexto de necesidad le convencieron para viajar hasta Barcelona con la promesa de que podría mejorar su precaria situación y que tendría la posibilidad de tener un trabajo y ganar dinero.

Una vez en nuestro país la víctima se percató de que todo lo prometido era mentira. Sus captadores le retiraron la documentación personal y lo ubicaron en una zona de los Jardinets de Gràcia, obligándole a dormir en la calle y controlándolo en todo momento.

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Según los Mossos, la situación de penosidad de la víctima era absoluta. Sus captores le obligaban a pedir limosna en jornadas maratonianas, en muchos casos sin proporcionarle alimentos ni bebida. Las horas en la calle en posiciones a menudo forzadas le restaban movilidad y en muchos casos se acababa haciendo sus necesidades encima.

Estas largas jornadas en la calle le generaban entre 300 y 500 euros diarios, pero todo era entregado a los explotadores. Esta situación de precariedad dilatada en el tiempo llevó a que tuvieran que intervenir quirúrgicamente este hombre y que le tuvieran que amputar la pierna izquierda, como consecuencia de su actividad en la calle.

Del caso se hizo cargo la DIC de la Región Policía Metropolitana de Barcelona en coordinación con la Guàrdia Urbana de Barcelona, ??tutelados por el Juzgado de Instrucción número 5, que pudieron identificar a los responsables de la captación, el traslado y la explotación de este hombre.

Se trataba de tres individuos de nacionalidad rumana que formaban parte de un clan familiar y que operaban como grupo criminal. La investigación puso de de relieve que los explotadores utilizaban el dinero que obtenía la víctima mientras mendigaba para adquirir propiedades en Rumanía y para jugar en un bar de Barcelona a un juego de azar muy popular en Rumania.

En cuanto a la localización de los explotadores, desde el juzgado se emitieron dos órdenes de detención europeas, ya que dos de los individuos habían huido a su país ante la posibilidad de ser detenidos por los hechos investigados.

Meses más tarde y gracias a la colaboración con las autoridades de Rumanía, los dos individuos fueron detenidos y extraditados a España. La juez decretó su ingreso en prisión, junto con el tercer miembro del grupo que fue detenido en Barcelona el 19 de enero por agentes del Grupo de Tráfico y Explotación de Personas (GTEP) de la policía municipal de Barcelona.