Ante las preguntas de la fiscal, el hombre ha admitido que desde 2013 hasta 2018 realizaba tocamientos a su hija en ocasiones en que la niña estaba desnuda.
El acusado, que permanece en prisión preventiva desde hace algo más de dos años, ha dicho durante la vista que procuraba quedarse a solas en el domicilio familiar para abusar de su hija.
Finalmente, la niña relató a la madre lo que había pasado: «Me pidió perdón porque su padre llevaba cinco años abusando de ella», ha contado la mujer, que ha declarado como testigo durante el juicio.
Ese mismo día, la progenitora quedó con su marido en la Plaza España de Palma para hablar; él admitió lo ocurrido y la mujer le planteó que podían afrontar la situación «por las buenas o por las malas» y le dio la opción de abandonar el domicilio familiar o llamaría de inmediato a la Policía.
El hombre dejó la casa, si bien al día siguiente esperó a la madre en un parque junto a la vivienda porque ella no atendía sus llamadas. Poco después la mujer presentó una denuncia contra él.
Debido a los episodios de abusos sexuales, la menor ha recibido atención psicológica, aunque la chica «ahora está bien», ha puntualizado la madre.
El acusado, que sufrió abusos sexuales cuando era menor, ha pedido disculpas y ha asegurado que «el peor remordimiento de consciencia es el de haberle hecho daño».
«La madre se comportó como una leona defendiendo a sus hijos», ha subrayado el hombre, que ha tildado de «valiente» a su hija, que denunció los hechos.
La Fiscalía pide para el hombre una pena de 9 años de prisión, la prohibición de acercarse a su hija a menos de 200 metros durante 15 años, la privación de la patria potestad durante 10 años y una pena de libertad vigilada durante 10 años. Además, también solicita una indemnización de 12.000 euros para la víctima de los abusos sexuales así como la expulsión de España del acusado, extranjero con permiso de residencia, una vez finalice la pena de prisión. El juicio ha quedado visto para sentencia.