El juez Manuel Penalva y el exfiscal Miguel Ángel Subirán. | Pere Bota

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La Sala de lo Civil y Penal del TSJB consideran que la incautación de las conversaciones de whatsApp entre el juez Manuel Penalva, el fiscal Miguel Ángel Subirán y los agentes del Grupo de Blanqueo está «absolutamente legitimada». El tribunal rechaza un recurso presentado por la defensa de los dos imputados que solicitaban la nulidad de los mensajes, la principal prueba que avala las irregularidades en la instrucción y que sirve de base a los sucesivos informes policiales en su contra.

El argumento de Penalva y Subirán era que la intervención derivaba de los autos del juez Miquel Florit en los que se incautaron los teléfonos de dos periodistas y que fueron objeto de la sentencia del ‘caso Móviles'. Sin embargo, la Sala coincide con el criterio del magistrado instructor, Carlos Gómez: como el policía nacional en cuyo móvil se encontraron los mensajes lo entregó de forma voluntaria el hallazgo de los mensajes es válido. «El agente hizo expresa renuncia a preservar su intimidad, accedió a que se analizara el contenido de su teléfono móvil y demás dispositivos electrónicos».

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Otro de los motivos que alegaban Penalva y Subirán para intentar anular la causa es que fuera el juez Miquel Florit quien asumiera la investigación por revelación de secretos que terminó ampliándose tras el hallazgo de los mensajes. En este caso, la Sala recuerda que se hizo de acuerdo con las normas de reparto de los juzgados de Instrucción de Palma. El auto, firmado por los magistrados Pedro Barceló, Antonio Terrasa y Fernando Socías recuerda que el contenido de los mensajes se podrá discutir en un eventual juicio y que, ahora, en la fase de instrucción son válidos.

El grupo Sancus fue reconstruido por la Policía Nacional a pesar de que había sido borrado por el agente de Blanqueo. Recoge comunicaciones sobre más de dos años de la instrucción del ‘caso Cursach' y todas su diferentes derivadas.