Según ha informado este miércoles la Jefatura Superior de Policía de Madrid, el arrestado, con antecedentes por maltrato en el ámbito familiar, ha ingresado en prisión. Su pareja y madre de la víctima fue detenida porque era conocedora de la situación y no lo denunció, aunque quedó en libertad con cargos ya que tenía miedo de su pareja.
Con su arresto se pone fin a tres años de agresiones del padre a su hija, quien no era consciente de las mismas porque la narcotizaba, de manera que al pasar el efecto de los medicamentos no recordaba lo ocurrido y por eso no denunció los hechos, detallan fuentes policiales.
Pero en la última ocasión el hombre hizo un corte profundo en la muñeca a la menor, por lo que, para evitar sospechas, tuvo que inventarse que la joven había sido secuestrada por alguien que le estaba mandando fotos de ella desnuda y atada, y le pedía mil euros.
La investigación comenzó el pasado 14 de octubre cuando una joven, a través de una llamada al 091, alertó de que se estaba produciendo un asalto en el domicilio donde viven su hermana y sus padres en el distrito madrileño de Carabanchel.
La joven explicó a las autoridades que su padre había recibido unos vídeos de su hermana, de 17 años, en los que la menor aparecía desnuda y amordazada y en los que se pedía un rescate de mil euros por su liberación.
Los policías se trasladaron a la residencia donde se estaban produciendo los hechos y encontraron a la menor tumbada sobre una cama, desorientada y con un profundo corte en la mano.
La joven relató que había sido atacada por la espalda por un varón que portada un cuchillo, que le tapó la cabeza y maniató tras un forcejeo. Luego la obligó a desnudarse para ser fotografiada y grabada en vídeo pidiendo ayuda a sus padres y exigiéndoles dinero.
Además, añadió que el atacante robó de la vivienda un móvil, un portátil, una tablet, dinero en efectivo y una tarjeta de crédito.
Los investigadores, tras comprobar el testimonio de la menor y realizar las indagaciones pertinentes, descubrieron que el autor de los hechos era su padre.
Fuentes policiales han precisado a Efe que el padre de la víctima señaló como posible agresor a otro hombre, asegurando que se trataba de un varón que iba en silla de ruedas pero que luego le había visto andar, lo que no convenció a los investigadores.
Además, constataron que se trataba de un ciudadano boliviano de 42 años que tenía antecedentes por malos tratos en el ámbito familiar.
Así le detuvieron y registraron el taller en el que trabajaba, en el que encontraron un móvil que contenía los vídeos de contenido sexual de su hija y dinero en efectivo.
En su domicilio hallaron el teléfono y el resto de objetos que supuestamente habían robado a la menor, y los elementos empleados en el secuestro, como bridas, cintas de carrocero, cuerdas, sustancias farmacológicas y material de almacenamiento informático.
Estos descubrimientos permitieron a los agentes determinar que las agresiones sexuales contra la menor se habían producido en otras ocasiones y que la madre de la joven era conocedora de esta situación, por lo que procedieron a su detención, aunque fue puesta en libertad con cargos.
La mujer, también boliviana de 43 años, no había denunciado por miedo al agresor, que la maltrataba.
Actualmente la investigación continúa abierta a la espera del análisis forense sobre el material informático incautado, lo que permitirá determinar el posible uso de las filmaciones detectadas.