Captura de video de la señal institucional del Tribunal Superior de Justicia que muestra al acusado César Román Viruete, conocido como el Rey del Cachopo, mientras declara este martes ante el jurado popular encargado de juzgarle en la Audiencia Provincial de Madrid por supuestamente matar y descuartizar en agosto de 2018 a su pareja, Heidi Paz. | Tribunal Superior de Justicia de

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César Román, apodado el 'rey del Cachopo', ha declarado en el juicio que no mató a su exnovia Heidi Paz vinculando el crimen a una mafia que realizaba 'vuelcos de droga' --robos a narcotraficantes-- y en la que colaboraba supuestamente la víctima, manifestando que un comisario le amenazó con una pistola dándole 48 horas para que aparecieran unos «doce kilos» de cocaína que la chica debía entregar.

«Sacó una pistola y me la puso en el estomago. Me dijo: te vacío el cargador entero y después a tu familia. ¿Dónde están los doce kilos? Me puse de los nervios. Le dije que no sabía nada. Me dijo que tenía 48 horas para decirle dónde estaba Heidi», ha narrado el empresario en la segunda sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Madrid. Mañana arranca la prueba testifical con la declaración de la madre de la fallecida.

Junto con una gran cantidad de documentos, el acusado ha expuesto ante el tribunal su relato con todo tipo de detalle y gesticulando las manos en todo momento. Mostrando sus dotes de orador, ha rebatido las preguntas del fiscal en aspectos como que cuando se produjeron los hechos su relación con Heidi estaba rota.

Ha hablado de su exnovia, en el momento del crimen con 25 años, en presente porque duda de que el torso que apareció en una maleta de una de sus naves fuera el suyo en base al margen de error que hay en las pruebas de ADN.

El fiscal le acusa de matar y profanar el cadáver de su pareja, cuyo torso se halló el 13 de agosto de 2018 en una maleta calcinada. Se le detuvo dos meses después en Zaragoza, donde se ocultó bajo una identidad falsa en las cocinas de un pequeño restaurante.

El empresario se enfrenta a una petición fiscal de quince años de cárcel por un delito de homicidio y profanación de cadáver, con las agravantes de parentesco y delito de violencia de género. El abogado de la familia eleva la petición de pena a veinticinco años de cárcel.

En su declaración, ha relatado cómo conoció a la joven hondureña, quien se presentó a un anuncio de trabajo para una de sus sidrerías durante las fiestas de San Isidro de 2018.

Iniciaron una relación y alquilaron un piso en Vallecas. Pero poco duró. El 20 de junio terminaron por la diferencia de edad.

«Me dijo que estaba embarazada. Le dije que tenía 25 años y yo 45 años. Uno no es tonto. Es una chica guapísima. Cuando una chica de 25 años, se acerca a tí hay algún tipo de interés. Esa relación tenía fecha de caducidad. Lo último era decirle que yo no quería el niño», ha señalado.

Días más tarde, recibió una llamada de la mujer y le comentó que había sufrido un aborto. Tras ello, organizó un viaje a Valencia pero ella no quiso ir y le dejó una nota que ha leído en la sala en la que le comenta que necesitaba unos días para recapacitar. A raíz de este episodio, dejan la relación si bien mantienen encuentros sexuales puntuales.

EL 3 DE AGOSTO: EL ÚLTIMO DÍA QUE LA VIO

Román ha detallado que el última día que vio a Heidi fue el 3 de agosto de 2018 afirmando que habló con ella la madrugada del día 5 al recibir una llamada de la mujer, que estaba con un amigo en la plaza de Legazpi, en la que le comentó si quería tomarse algo. Él rechazó la oferta porque estaba durmiendo.

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«Yo no la volví a ver. He dicho un millón de veces que no vino a mi casa. Si no la vi, no la puede matar ni besar ni nada. El último día que la veo es el 3 de agosto. Si hubiera venido, el posicionamiento de su móvil lo hubiera señalado. Eso refrenda lo que digo. Heidi nunca vino a mi casa», ha aseverado. Sin embargo, ha dicho que la víctima le dejó una nota en su casa el 10 de agosto, cinco días después de la fecha en la que se sitúa el crimen.

Román ha narrado que el 5 de agosto por la mañana se desplazó en taxi a una de sus oficinas situada en Avenida de Andalucía de la capital con una maleta cargada de documentos. Para ello, cogió una trolley azul que tenía en su casa y que fue cargado por el taxista. Sostiene que esta persona mintió al afirmar que le llevó hasta una calle estrecha próxima a la nave donde se encontró la maleta con el torso de la mujer.

Así, ha insistido en que 'Teletaxi' le dio las coordenadas del punto exacto donde le dejó el taxi y confirma que se apeó en la citada avenida, ratificando que no le dejaron en el lugar que manifestó el taxista en instrucción. En este momento del interrogatorio, se le ha quebrado la voz asegurando que nunca se han analizado las huellas del taxista en la maleta.

Seguidamente, ha narrado que Heidi le contó la otra faceta de su vida que desconocía después de dejar la relación. «Me cuenta que viene a España huyendo de Honduras de las maras, en concreto de la Mara Salvatrucha o MS13, por un jefe que se había encaprichado con ella. Ella por lo visto se mete a trabajar de eso y en ese mundo, que se mueve mucha entre la droga, la ofrecen trapichear con cocaína y pasa a dar vuelcos de drogas», ha detallado.

Román ha explicado que el 12 de agosto una persona se le acerca, un tal Matías, para preguntarle por Heidi y lo relaciona con un préstamo de 9.000 euros que le habían dado unos amigos. Se citan un día después en un bar cercano a la calle Antonio López. Para su sorpresa, se presenta un comisario y le empieza a preguntar por la chica y por unos «doce kilos de cocaína».

En un momento y ante su sorpresa, esta persona le encañona en el estómago con una pistola y le amenaza con vaciarle el cargador. Tras ello, le da 48 horas para que localice a Heidi y los doce kilos de drogas. «Estuve recapacitando y decidí huir porque tenía miedo de que hicieran algo a mi hija», ha reconocido.

Se ocultó de la mafia en Zaragoza, donde tenía muchos conocidos. A los días, un amigo de la Guardia Civil le comentó que la Policía estaba divulgando falsamente que le estaban buscando para localizar a los verdaderos asesinos. Por ello, decidió quedarse y empezar a trabajar en un restaurante.

A preguntas del abogado de la familia, el acusado ha afirmado que el cuerpo que se localizó en la maleta no es el de su exnovia sustentando esta manifestación en el margen de error que hay en las pruebas de análisis forenses. En este punto, ha mencionado que la jurisprudencia establece que ese pruebas deben ser corroboradas por otras externas, lo que no sucede en su caso.

«Ese margen existe. Heidi tuvo su primera hija por cesárea. Y el análisis determina que no tiene cicatriz de cesárea. No es de raza caucásica. Hay dudas razonables», ha reseñado.
El momento más tenso se ha vivido cuando el letrado le ha preguntado sobre si alguien le ha amenazado en prisión, a lo que ha replicado que ya lo sabe manifestando que su compañero en el juicio fue a verlo y le amenazó para que no desvelara el nombre del comisario. «Usted está aquí con mucho interés», le ha dicho al letrado, quien ha solicitado a la sala que se deduzca testimonio contra el acusado.

PETICIÓN FISCAL: 15 AÑOS

En su escrito de acusación, el fiscal pide 15 años de cárcel para Román por los delitos de homicidio y profanación de cadáver con las circunstancias agravantes de la responsabilidad criminal de parentesco y de cometer los hechos por motivos de género. La víctima tenía dos hijos menores de edad que residían en Honduras y para quienes se reclama una indemnización de 300.000 euros.

Parte del cuerpo de Heidi Paz se halló el 5 de agosto de 2018 en una maleta en una nave del distrito de Usera. A Román se le detuvo en un bar de Zaragoza tras estar dos meses desaparecido. Desde el inicio de la causa, el empresario ha defendido su inocencia y ha insinuado que detrás puede estar una banda de narcotráfico.