El juez Manuel Penalva y el exfiscal Miguel Ángel Subirán perciben una pensión de por vida que queda protegida frente a una posible inhabilitación. Una de las posibles condenas para ambos cuando lleguen a juicio era esa pérdida temporal o permanente de la condición de juez y fiscal por lo que la jubilación antes del juicio deja ese castigo sin efectividad.
En el caso de Penalva, al tratarse de una incapacidad absoluta, percibirá el cien por cien de la base de cotización que, en la práctica, se traducirá en algo más de la mitad del salario que percibía como magistrado, lo que supone una cuantía que superará los dos mil euros mensuales.
La incapacidades permanentes son un motivo de conflicto permanente entre trabajadores y la Seguridad Social, y una de las causas de litigiosidad más frecuentes en los juzgados de lo Social que examinan al año centenares de asuntos por enfermedades que, por lo general, son denegados. La situación se agrava por la larga demora que sufren estos procesos que pueden durar dos o tres años hasta que el trabajador tiene una respuesta definitiva.
El magistrado, como antes el fiscal Subirán, ha seguido una vía específica marcada por la Ley Orgánica del Poder Judicial. Penalva ha aportado varios informes médicos y ha sido examinado por los forenses de Palma.