La Policía Nacional montó un operativo por si se trataba de un atraco.  | Alejandro Sepúlveda

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Y la cosa se les fue de las manos. La Policía Nacional de Palma está investigando el incidente ocurrido en la tarde del viernes en un banco de Palma cuando un vigilante    pidió ayuda porque estaban a punto de llegar unos encapuchados. Al final, todo indica que le querían gastar una broma al agente de la seguridad privada. Según los datos a los que ha tenido este periódico, poco después del mediodía el vigilante del banco -ubicado en las inmediaciones de las Avenidas- se puso en contacto con la centralita telefónica del 091 porque su jefe le había llamado para comunicarle que estaban de camino cuatro encapuchados «pero no pasa nada».

El hombre explicó que la voz de su superior «sonaba rara» y que temía que estuviera retenido en contra de su voluntad y le estuvieran amenazando para que dejara entrar a los desconocidos en el banco. Sin demora, la Policía Nacional montó un gran operativo ante la sospecha de que se tratara de un atraco y varias dotaciones se dirigieron a la sucursal. El vigilante, por su parte, cerró los accesos y no dejó entrar a nadie, en previsión de que efectivamente se tratara de una banda organizada.

Al final, para ser que todo se trató de una broma de mal gusto para felicitar la navidad. Lo que no está claro si quería bromear con el miembro de seguridad o con los trabajadores del banco. Sea como fuere, el Grupo de Seguridad Privada de la Jefatura de Policía ha abierto una investigación y el lunes han sido citados a declarar algunos de los implicados, tanto de la empresa de seguridad como del banco. Las fuentes consultadas indicaron que los implicados serán sancionados con una multa considerable ya que la broma se les fue de las manos «y podría haber pasado una desgracia».