«He visto muchos difuntos por mi trabajo, pero ninguno tan guapo como mi hija», ha dicho Emilia, que trabaja en la funeraria. «Sé que la gente la sigue recordando y queriendo». Emilia leyó unas palabras ante decenas de familiares y amigos de Eugenia Benavides. En el altar de la sala del tanatorio de Bon Sosec había 32 globos de helio con los colores de la bandera gay, flores y una fotografía de la mujer, que tenía 32 años cuando murió.
En el acto ha sonado la canción No sé vivir si no es contigo, de Il Divo, y ha intervenido un cura, que es compañero de trabajo de la madre de Eugenia. «Despedimos a una persona vital, generosa, única, explosiva. Había pensado poner una silla vacía, pero luego dije: ‘¿Para qué, si Eugenia era pura energía?». El cura pidió a Emilia que no pensara en la canción No puedo vivir sin ti, de Los Ronaldos, sino en Hoy te prometo amor eterno, de Il Divo.
Los asistentes al homenaje se han dirigido después a la tumba de Eugenia Benavides brindar con vino blanco por ella. En la lápida hay una foto de la enfermera con su perra ‘Lola', un american bully, y una imagen de Marilyn Monroe junto a una frase: 'Imperfección es belleza, la locura es genio, es mejor ser absolutamente ridículo a ser absolutamente absurdo'. Ha sonado Qué bonito, de Rosario Flores, los globos han volado hacia el cielo y ha salido el sol.
1 comentario
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Globos?? De verdad? No saben que es un desastre para el medio ambiente? No terminan en el cielo, lo sabeis verdad? Terminan en estomagos de animales y contaminan el mar y la tierra.... Estupidos. Flores si, pero globos no!!!