El relato de Rodríguez fue similar al que antes había completado Álvaro Gijón. Durante meses, con la tramitación de los casos Cursach, ORA y sobre la Policía Local, de forma reiterada se les señalaba como líderes de una organización mafiosa. «Era asombroso, lo que hacía el juzgado no era investigar esas acusaciones. Si lo hubieran hecho sabrían que era falso. Lo único que hacían era, de un caso que era secreto, filtrar titulares a la prensa».
Rodríguez cumple condena en tercer grado por el ‘caso Over', donde fue condenado a tres años y medio de prisión. Su declaración se centró en la sucesión de datos que se desgranaban de las investigaciones. «En esta causa ya no me preocupaba el titular de ese día. Tenía miedo del que iba a llegar al día siguiente. Se decía que Cursach me había pagado una fiesta de 30.000 euros con prostitutas en las que se consumía droga. Y eso no se investigaba y seguía ahí». Al igual que ocurrió con Gijón, Rodríguez nunca fue acusado formalmente en ninguna de estas causas.
El exdelegado del Gobierno también mostró su sorpresa por verse dentro del ‘caso ORA': «Ni sabía que existía ese contrato». Estaba al mismo nivel que Gijón en el relato del testigo protegido que informó a Penalva y Subirán. Sin embargo, apenas se le investigó. «Aquí el fallo fue que los señores que recibieron esta denuncia no investigaron nada». También aludió a ese testigo protegido, entonces militante del PP: «Vino a verme con una denuncia del Seprona porque tenía una actividad sin licencia municipal y quería que yo se lo arreglase. Le dije que no podía hacer nada y que tendría que ir a la Gerencia de Urbanismo y preguntar por los trámites. Él pensaba que yo tenía capacidad para hacer una llamada y arreglarlo y se fue un poco enfadado».
En la sesión también terminó el interrogatorio a Álvaro Gijón. Interpelado por las defensas, insistió en que no tuvo ninguna participación en el concurso de la ORA y negó ningún intento para ocultar la titularidad del piso que juez y fiscal sostenían que le habían entregado como dádiva pero que era desde hacía años de su familia. «Difícilmente pude ocultar algo cuando fui a un notario a registrarlo», dijo. También insistió en el daño a su reputación y a su familia provocado por la causa: «Si estamos aquí peleando es porque lo que hemos vivido no tiene nombre».
11 comentarios
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McManamanNo, no és molt mal d'imaginar... Per Esporles encara recorden els dinars a La Villa, amb la Comisaria, quan feien "l'instrucció" del cas... Aquests volien notorietat, talment en Castro, no és justícia.
Que començi ell per demostrar una mica de decència, val més que calli.....
Está clarísimo lo de la motivación detrás de todo esto...
Lo que no tiene nombre es el "pa la saca" que tenían montado. Y en cuanto a la decencia......
McManamanQue cuentas, que el Rodri sabía que la policia iba a Andraitx y no era Delegado del Gobierno? Peor me lo pones.
Estilo Donald Trump
La roqueta...😅Nada tiene que ver una cosa con otra. En primer lugar , cuando pasó lo de Andratx el sr. Rodriguez no era Delegado de Gobierno. Y en segundo lugar, todo eso de Andratx y lo que quieras no da derecho a que dos personajes turbios ( nada menos que un juez y un fiscal ) teledirijan a una "madame" para que mienta con unas acusaciones tan graves como lo de las prostitutas, drogas, colchones destrozados, etc. Si duro es airear algo así siendo cierto, imaginar como es SIENDO TODO MENTIRA. Hay que pensar que hay una familia detrás del sr. Rodriguez y lo que habrán sufrido tras toda esta sarta de mentiras. Es difícil entender como un Juez y un Fiscal pueden llegar a ser tan desalmados
Rodriguez hablando de decencia......en fin
Estam a una illa de la Mediterrania, pensau, una cosa és la justícia i una altre és la veritat.
La isla, que debería ser un refugio de tranquilidad y honestidad, parece estar sumergida en un mar de escándalos y corrupción. Desde la política hasta la policía y jueces, las olas de desconfianza y deshonestidad golpean sus costas. Es como si la isla estuviera atrapada en una tormenta perpetua de controversias, donde la brújula moral se ha perdido en el océano de la ambición y el poder. Es hora de buscar un faro de integridad que guíe a la isla hacia aguas más tranquilas y transparentes.